La historiadora Soledad Reyes del Villar entrega en Balmaceda. Su gloria y su falta una descripción detallada del entorno, la personalidad y el círculo más cercano del mandatario.
A través de un exhaustivo trabajo de documentación y recopilación de testimonios, la autora retrata el papel del político liberal en la Guerra del Pacífico, su arribo a La Moneda, su rol en la guerra civil de 1891 y su suicidio.
Para unos, fue un estadista visionario que impulsó grandes cambios en infraestructrura, educación y modernización del Estado; para otros, un cruel dictador que por su soberbia e intransigencia provocó la guerra civil de 1891. Hasta hoy, José Manuel Balmaceda despierta curiosidad y radicales posturas. ¿Qué tuvo que pasar para que un gobierno que comenzó en 1886 con altos niveles de aprobación y un enérgico respaldo de la oligarquía concluyera de esa manera cinco años después? ¿Cuáles fueron los movimientos que llevaron a Balmaceda a sucumbir estrepitosamente ante las fuerzas opositoras?
En Balmaceda. Su gloria y su falta la historiadora Soledad Reyes del Villar describe de forma entretenida, ágil y amena el contexto social y político que provocó el conflicto de finales del siglo XIX, mientras nos revela quién fue realmente José Manuel Balmaceda, quiénes conformaron su círculo más cercano, y cómo se manifestaba su carácter en su conducta política y su forma de gobernar.
«Suele verse el conflicto bajo una perspectiva política o económica respecto a las causas de la guerra, me pareció interesante no abordar ninguna de esas opciones, sino que acercarme a Balmaceda más personalmente», cuenta la historiadora. «La personalidad de Balmaceda sí fue gravitante, pero no se le puede atribuir la responsabilidad de la guerra. Podría haber estallado antes, porque el conflicto venía incubándose hace tiempo», asegura.
A lo largo del texto de 312 páginas, se describe a Balmaceda como un hombre voluntarioso. Desde la perspectiva de la autora, «él ayudó a entrampar las cosas. Los cambios de gabinete se sucedieron desde el primer año de gobierno, y al segundo había perdido a buena parte de sus más fieles ministros, para seguir perdiendo la mayoría en el Congreso, el apoyo del pueblo y de la Iglesia, incluso de algunos familiares».
El libro revela pasajes poco conocidos de la vida de Balmaceda, cuenta la investigadora: «Como que quiso ser cura y entró al Seminario, o la muerte de su hijo Pedro, el gran amigo de Rubén Darío, al segundo año de gobierno. Pero también hay muchos datos y personajes de nuestra historia en distintos temas, como las leyes laicas, la guerra del Pacífico o la epidemia de cólera el mismo año que asumió Balmaceda.
«Tenía las mejores intenciones para el engrandecimiento y la modernización del país, y una caja fiscal muy contundente después de la guerra del Pacífico y la zona salitrera ganada en el norte del país. Pero como alguien dijo, Balmaceda «se mareó en las alturas». Y su personalidad no facilitó las cosas», explica la biógrafa. «Creía saber siempre de todo, sin equivocarse. Era contradictorio y megalómano, y terminó rodeado de hombres que no le cuestionaban nada», agrega.
A partir de una rigurosa investigación, y valiéndose de testimonios de personajes que tuvieron un rol activo en el conflicto de 1891, Soledad Reyes del Villar invita a descubrir en su nuevo libro a un personaje de luces y sombras, cuyo recuerdo y análisis es necesario para evaluar nuestro presente y futuro.
«Estamos viviendo un período importante de nuestra historia, estamos pensando y elaborando una nueva constitución, y el proceso no ha sido fácil. Hay mucho fraccionamiento y poca buena voluntad. Por lo mismo, revisitar la figura y el gobierno de Balmaceda está más vigente que nunca, porque de cualquier crisis se pueden sacar lecciones y la de 1891 fue particularmente compleja», comenta la autora.