La región que presenta mayor movilidad ascendente es Antofagasta; mientras que La Araucanía es la que cuenta con una persistencia relevante de menor movilidad.
En las últimas tres décadas, Chile ha sido reconocido por su expansión económica, aumento del PIB per cápita y la reducción de la pobreza. Sin embargo, este desarrollo económico ha sido muy dispar entre las diferentes regiones del país.
En este contexto, la investigación Decentralizing the Chilean miracle: regional intergenerational mobility in a developing country publicada por los académicos del Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información de la FEN de la U. de Chile, Pablo Gutiérrez Cubillos y Juan Díaz Maureira, estudia la movilidad intergeneracional a nivel regional “proporciona evidencia sólida de que el progreso a nivel nacional esconde una notable variación geográfica en los grados de éxito económico alcanzado, donde algunas regiones del país han logrado una notable movilidad intergeneracional económica (menor dependencia intergeneracional de ingresos entre padres e hijos), mientras que otras han experimentado persistencia intergeneracional, a través de círculos de pobreza y círculos de privilegio”.
En esa línea, “las condiciones del mercado laboral podrían ser una fuerza significativa detrás de la heterogeneidad observada en la variación de la movilidad intergeneracional regional”, indican los autores en el estudio.
Para el análisis, los autores estimaron diferentes medidas de movilidad intergeneracional regional, utilizando un conjunto de datos nuevo y único basado en registros administrativos para cada una de las regiones de Chile. El estudio consideró la información del programa de seguro de desempleo, que permitió recopilar información sobre los ingresos laborales mensuales de los padres y sus hijos (cuando son adultos), desde septiembre de 2002 hasta diciembre de 2018; así como la información de la Oficina de Registro Civil, que asocia el parentesco de los niños y sus padres, y del Ministerio de Educación para obtener la comuna de residencia del hijo mientras estudiaba en la educación media.
Movilidad intergeneracional
Los principales hallazgos del estudio dan cuenta que un niño en la Región de Antofagasta, cuyos padres pertenecen al quintil inferior de la distribución nacional de ingresos, tiene un 30% de probabilidad de pertenecer al quintil superior. Por otro lado, un niño en La Araucanía, cuyos padres pertenecen al quintil inferior de la distribución nacional de ingresos tiene un 8,3% de probabilidades de ubicarse en el quintil superior de la distribución de ingresos y un 33% de probabilidad de permanecer en el mismo quintil.
El documento explica que la alta movilidad en la Región de Antofagasta “podría deberse a los efectos positivos directos o indirectos de la industria minera en el crecimiento de los mercados laborales de sectores relacionados de la economía regional (por ejemplo, construcción y servicios)”. Y la baja movilidad se podría deber a “que La Araucanía es la región más pobre del país, y desigual a nivel socioeconómico. Además, es la región con el ingreso laboral promedio más bajo del país”.
Además, la probabilidad de estar en el círculo de pobreza, es decir, que el hijo pertenezca al quintil más pobre dado que el padre está en el quintil más pobre, es de 12,5% en Antofagasta; mientras que en La Araucanía esta probabilidad es de 32,6%. Respecto al círculo del privilegio, es decir, la probabilidad de que un hijo se encuentre en el quintil más rico cuando el padre se ubicaba en el quintil más rico, es de 44.5% para Antofagasta y 39% para la región Metropolitana.
El estudio añade que esto se podría explicar por “el predominio de sectores económicos de alta productividad en estas regiones, como la minería, la construcción y los servicios financieros, que pagan las mayores ganancias; la concentración de instituciones de capital humano de alta calidad en la Región Metropolitana, lo que genera la migración de capital humano de alta productividad hacia el centro, y la posibilidad en estas regiones de transferir privilegios de padres a hijos a través del capital social o un sistema educativo privado, que conserva una pequeña élite”.
Medidas de política pública
Los autores sugieren que el gobierno central debería avanzar en la implementación de una agenda de descentralización, mediante el desarrollo de gobiernos locales que mejoren la progresividad regional de los servicios públicos. Asimismo, señalan que es preciso impulsar políticas a través de un sistema tributario nacional más progresivo, para que el gasto público se concentre en regiones con menor movilidad social y se invierta en el desarrollo de la niñez.
Al mismo tiempo, se requiere invertir en el capital humano de los niños; promover estrategias de desarrollo del mercado laboral relacionadas con mejoras en la productividad de la inversión en capital humano y en el retorno de las ganancias del capital humano en cada región de Chile; e igualar el nivel de servicios en todas las regiones, que permita atraer capital humano de alta productividad para trabajar y vivir en las regiones con menos movilidad social.