Por Miguel Alvarado Natali
“Primavera con una esquina rota”, es el montaje basado en la novela de Mario Benedetti, que la compañía Ictus estrenará en 1984. Hoy 39 años después, en conmemoración de los 50 años del Golpe Cívico-militar (1973-90) vuelve a cartelera con la dirección de Jesús Urqueta y la adaptación de Emilia Noguera. Sus funciones serán hasta el 26 de Agosto en el Teatro La Comedia de esta capital.
En el contexto histórico de la dictadura de Uruguay a partir de Junio del 73, una familia dividida entre los que se van al exilio y los que sufren la prisión en su propio país. Santiago interpretado por Daniel Muñoz está recluido en una cárcel uruguaya y desde ahí envía y recibe cartas de su esposa Graciela, papel que recae en Paulina Sharim, quien está exiliada con su hija y sus suegros en México. Así pasa los años y cuando Santiago logra quedar en libertad su entorno y su familia ya nunca más serán lo mismo.
El reparto es excelente, Paulina, la hija de Nisin Sharin, nació prácticamente en ese escenario. Roberto Poblete el único actor del elenco original de los años 80. María Elena Duvauchelle, que fungía como secretaria del sindicato de actores y que en esa época, recibió a su colega estadounidense Christopher Reeve (Superman) quien llegó a Chile a solidarizar con los actores amenazados de muerte.
Daniel Muñoz es inagotable, está en el cine, en las teleseries, en la música y el año pasado lo vimos en “El violinista en el tejado”. Nocolás Zárate Zavala (“Vieja viejo” “El Tila”, “Algunas Bestias”) y Camila Oliva Olivos (“Los que van quedando en el camino”) nos dan una desgarradora y sentida lectura del momento en que Roberto Parada junto a Hector Noguera reciben la noticia de los profesionales comunistas degollados.
Con una escenografía minimalista, donde algunas sillas están como únicos elementos, son los actores los encargados de crear la atmósfera y estos dos lugares paralelos en que se desarrolla la trama. El detalle de la cajita musical con la “Internacional” , el charango y bajar del escenario hacia el público le entregó una frescura a una obra que en su momento impacto por hablar de exiliados, tortura y presos políticos.
“Primavera con una esquina rota”, es la primavera de otros exiliados, de otra dictadura, pero también la de Pinochet. Es un montaje nostálgico, trágico y a la vez esperanzador. Una obra que se cruza con uno de los crímenes más atroces de la dictadura, ocurrido el 30 de marzo de 1985, mientras que el elenco del Ictus estaba en el intermedio de su presentación, uno de sus actores, Roberto Parada recibe la noticia: Su hijo José Manuel había sido encontrado degollado junto a otros dos profesionales. El padre que tiene a su hijo exiliado en la ficción interpretado por Roberto Parada, en la realidad de aquel camarín de la sala, pasó a ser el padre de un degollado en la vida real. Conmovedora y lúdico.
Primavera con una esquina rota, es una obra que nos reencuentra con nuestra historia, con la memoria frágil, pero también es un homenaje a todos los artistas que pese a la persecución, volvían una y otra vez a subirse a un escenario, que era la mejor lucha contra la dictadura.