· La académica del Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ICA3) de la Universidad de O’Higgins (UOH), Paula Toro Mujica, lidera el proyecto FIC que permitirá analizar parámetros de calidad comercial, sanitaria, nutricional y organoléptica de huevos de gallina, explorando nuevos nichos de mercados para ellos.
¿Se imagina conocer dónde y cómo fue producido el huevo que usted se comerá frito, duro o en algún postre? ¿Qué nivel de grasa tiene, su perfil lipídico y los aminoácidos que contiene? ¿Si es de una gallina criada libremente y saber con qué fue alimentada esa ave? Aunque parezca difícil de imaginar, el proyecto “Transferencias de huevos con calidad integral certificada”, que encabeza la UOH, buscará entregar estas respuestas a los productores y consumidores.
Se trata de una iniciativa liderada por la académica ICA3, Paula Toro, en conjunto con el médico veterinario y diplomado en Agro-negocios y en Gestión Sostenible de Sistemas Pecuarios, Omar Abarca, junto a la investigadora de la Universidad de Córdoba, Nieves Núñez. El proyecto es financiado a través del Fondo para la Innovación y la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de O’Higgins.
Paula Toro detalla que la propuesta surgió de la idea de agregar valor a los huevos producidos en sistemas sostenibles de pequeños y medianos productores, lo que se tradujo en el objetivo de la iniciativa: “generar y validar un sistema de producción de huevos free range con calidad integral certificada, y proponer un sello de certificación para los huevos que cumplan un estándar de calidad integral”, explica.
El concepto de calidad integral hace referencia a “calidad comercial, nutricional, sanitaria y organoléptica (color, sabor, olor y textura), además de la forma de producción a través de sistemas sostenibles, de pequeños y medianos productores, donde se respete el bienestar animal y se minimice el impacto medioambiental”, puntualiza.
La investigación se iniciará con el levantamiento de información y recolección de muestras de huevos en distintas explotaciones avícolas de la región y la obtención de su huella espectral a través del uso de un espectrofotómetro del infrarrojo cercano, NIRS; para luego, definir ecuaciones de calibración que permitan la obtención de información sobre tipo de alimentación, contenido de nutrientes, frescura y raza del ave. Pero ¿Qué es la huella espectral? Según explica la académica de la UOH es “algo parecido a una huella digital, la que obtendremos a través de un espectrofotómetro, tomando el análisis de cada muestra (huevo) en alrededor de un minuto de tiempo, y que entregará información que puede ser relacionada con múltiples características del huevo”. Así, cada producto poseerá su propio espectro dependiendo de las características inherentes de la especie y de cómo fue producido.
La ingeniera agrónoma detalla que para desarrollar el proyecto un grupo de avicultores de la región facilitará las muestras de huevos, donde se podrá evaluar parámetros de calidad comercial, sanitaria, nutricional y organoléptica de los mismos. “Una vez que estos parámetros se conozcan, se establecerán estándares para proponer un sello de certificación de calidad integral del huevo, lo que permitirá el acceso de los huevos a nichos de mercado que valoran la calidad y forma de producción de los alimentos”, comenta.
De esta manera, los productores podrían obtener un mayor precio por su producto, “lo que será potenciado por la formación de alianzas estratégicas con distribuidores de huevos, disminuyendo el número de intermediarios en la cadena de distribución”, finaliza.
La iniciativa considera también que los pequeños y medianos productores de huevos de la Región de O’Higgins reciban capacitaciones sobre manejos sanitarios, nutricionales y gestión económica de sus producciones. Además, tendrán la posibilidad de participar en días de campo, donde se muestren ejemplos de sistemas de producción de huevos en free range.