En una ceremonia de juramento de nuevas y nuevos profesionales, la autoridad judicial reflexionó en torno al derecho a defensa y el debido proceso.
El presidente (s) de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Blanco, se refirió a la relevancia de los conceptos de defensa y debido proceso, en el discurso pronunciado durante la ceremonia en que un total de 135 abogados y abogadas, prestaron juramento desde las cortes de apelaciones de Iquique, Antofagasta, Copiapó, La Serena, Rancagua, Talca, Chillán, Concepción, Puerto Montt y la Corte Suprema.
“El derecho a la defensa es un derecho humano de naturaleza eminentemente procesal. Es la proscripción de la indefensión, pero en el ámbito del proceso. ¿En qué parte del proceso? En todo momento, de principio a fin. Esto es algo que ha enfatizado la jurisprudencia de los tribunales nacionales e internacionales. El derecho a la defensa acompaña a las personas a lo largo de toda la tramitación del proceso. Debe poder ejercerse a plenitud en todas las etapas procesales. Y es que no podría ser de otra manera, porque sin derecho a la defensa no hay debido proceso”, señaló la máxima autoridad judicial a los profesionales.
Agregó que el derecho a la defensa y debido proceso están estrechamente conectados. “Se puede conceptualizar el debido proceso como aquel donde se garantizan las oportunidades de intervención. Si no hay posibilidades de participación en un proceso cuyos resultados nos afectan directamente, no hay derecho a la defensa; y si no hay derecho a la defensa, o, lo que es lo mismo, si hay indefensión, no hay debido proceso”, dijo el presidente.