A más de tres meses del fallecimiento del Papa emérito Benedicto XVI, la Pontificia Universidad Católica de Chile organizó un panel en donde se abordó su vida y legado, desde una mirada histórica, teológica, analítica y crítica.
“Benedicto XVI fue el Papa que puso gran atención al diálogo interreligioso e intercultural, tanto con el judaísmo como con otras religiones y con los hermanos cristianos. También fue el Papa del diálogo con la ciencia y el pensamiento laico. En sus charlas y exposiciones hacía énfasis en que el diálogo debía hacerse siempre a través del binomio de fe y razón, y de la caridad y de la verdad; eso fue lo que caracterizó su Magisterio”, destacó Ignacio Sánchez, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, al abrir el panel “J. Ratzinger | Benedicto XVI, figura y legado”.
El rector, además, hizo un breve resumen de los hitos más relevantes en la destacada vida del Papa Benedicto XVI y valoró, en especial, la visita que realizó el 12 de julio de 1988 a la Universidad Católica de Chile como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, instancia en la que dictó una charla magistral abierta a todo público ante el Honorable Consejo Superior, titulada: “Una mirada teológica sobre la procreación humana”.
El seminario se realizó en el marco del lanzamiento de un número de conmemoración de Joseph Ratzinger – Benedicto XVI, de la Revista Humanitas, publicación que busca fortalecer su legado. La jornada fue organizada por la Facultad de Teología UC, la Biblioteca de Teología, la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana; y la Revista Humanitas; con el objetivo de profundizar en su historia, sello, obra y rol principal como Pontífice.
El panel se llevó a cabo en el Salón de Honor San Alberto Hurtado Cruchaga, de la Casa Central de la UC, el miércoles 19 de abril, fecha en la que se conmemoró el 18° aniversario de la elección de Benedicto XVI como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica.
La actividad fue protagonizada por los académicos de la Facultad de Teología UC, Fredy Parra y Rodrigo Polanco; y la académica de la Facultad de Comunicaciones UC, Eliana Rozas; y fue moderado por Elena Irarrázabal, subeditora de Artes & Letras de El Mercurio.
También se contó con la presencia del decano de la Facultad de Teología UC, Fernando Berríos y la vicedecana, Haddy Bello; el director de la Revista Humanitas, Eduardo Valenzuela; el director de Pastoral UC, Benjamín Cruz y la jefa de la Biblioteca de Teología UC, Paola Santander.
A través del diálogo, los expositores plantearon sus perspectivas sobre su historia de vida, formación, sus obras, su rol como máxima autoridad de la Iglesia, su sello y legado.
Rodrigo Polanco valoró la etapa de juventud de Ratzinger, explicando que el contexto de la Segunda Guerra Mundial y su experiencia Conciliar resultó clave en su formación. “En el seminario tuvo una muy buena formación, pero eran pocos. Después de la guerra se miraban entre ellos y se decían: ‘quedamos muy pocos y no sabemos cómo estamos vivos, pero seguimos adelante’.
“Además, siendo muy joven le tocó conocer y compartir con los obispos y mirar una Iglesia renovada. Otro de los elementos que destacaría es su formación clásica, con una gran apertura a la filosofía contemporánea y que le ayudaron a formarse como un gran teólogo”, destacó Polanco.
Fredy Parra, en tanto, resaltó la visión crítica que tuvo sobre los desafíos de la modernidad y su planteamiento respecto a la profunda contradicción entre el progreso humano y la salvación. “Él fue un gran maestro y profesor. Leerlo es fascinante. Por ejemplo, apuntaba a rescatar la razón e invitaba a abrirse a una mirada ecológica. También tuvo la ocasión de expresar su mirada post Concilio Vaticano II. Él decía que el Concilio tenía una visión muy ingenua, demasiado optimista y que puso mucha esperanza en el progreso. Al contrario, él tenía una visión sombría sobre el progreso y la modernidad”.
La perspectiva de las comunicaciones y el impacto en la opinión pública fue la arista que abordó Eliana Rozas, quien se centró en la contradicción que se produjo en la inmediata comparación que se hizo con su antecesor, el Papa Juan Pablo II, admirado por el mundo como el “Papa peregrino”.
“Juan Pablo II se construye en su papado como el que sale al mundo, el arrojado; mientras que Ratzinger ya era conocido, sobre todo, por su cargo como prefecto para la Doctrina de la Fe. La opinión pública ya tenía una opinión sobre él. Se construyó una imagen como del guardián, el custodio, el que venía a cerrar la puerta. Algunos medios lo tildaron de inquisidor, policía de la fe, el pastor alemán, el rottweiler de Dios. Y es aquí donde creo que se da una paradoja. Porque justamente se construyó esta imagen en la opinión pública; sin embargo, él vino a contravenir esto. Aparece abriendo las puertas para ventilar y visibilizar los episodios de los abusos al interior de la Iglesia. Fue muy poderoso en eso. Y se convirtió en un trasgresor en los medios de comunicación. Por eso la paradoja”.
La renuncia
El 11 de febrero de 2013, Benedicto XVI anunció su renuncia como Sumo Pontífice, convirtiéndose en el primer papa en hacerlo en 600 años. En su declaración, argumentó razones de edad y salud como el motivo para su retiro. “Después de haber examinado repetidamente mi consciencia ante Dios, llegué a la certeza de que mis fuerzas, debido a una edad avanzada, ya no son aptas para un adecuado ejercicio del ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, debido a su esencial naturaleza espiritual, debe llevarse a cabo no sólo con palabras y obras, sino también con la oración y el sufrimiento”. Tras su renuncia fue nombrado Papa emérito.
Este episodio también fue comentado en el panel, donde los expositores calificaron el hecho como un acto de humildad, de consciencia y consecuencia.
“Es un acto fantástico, estupendo. Da muestras de su calidad moral, personal y eclesial. Es muy consciente de que lo importante para la Iglesia no es él, sino que la comunidad. Él se dice: soy un servidor y si no me siento capaz de llevar a cabo las tareas encomendadas tengo que renunciar. Hay una muestra de honestidad y amor por la verdad”, aseguró Rodrigo Polanco.
Eliana Rozas complementó señalando que “es otra muestra de su transgresión. Su renuncia acepta e introduce el cambio. La opinión pública acoge la paradoja y la supera. Se construye una nueva visión”.
En la instancia, la vicedecana de Teología UC, Haddy Bello, valoró la instancia colaborativa entre las instituciones organizadoras del panel, demostrando el compromiso de la universidad con la identidad católica y su preocupación por la vinculación con la sociedad. “Esperamos que esto no sea sólo un homenaje a Joseph Ratzinger, sino más bien, una instancia de reflexión crítica; una reflexión teológica en torno a su legado. Eso quiere decir que nos preguntemos sin temor, de la misma forma que él lo hizo, sobre nuestra Iglesia y su rol en el mundo. Y que sigamos trabajando y cuestionándonos cómo aportar para que nuestras estructuras y comunidades pongan siempre a Cristo en medio”, concluyó.
Para finalizar el seminario, Eduardo Valenzuela, se dirigió a los presentes para lanzar el número especial de la Revista Humanitas, dedicado a la figura de Joseph Ratzinger – Benedicto XVI. Explicó que la revista estableció, por más de 25 años, un vínculo con Ratzinger a partir del acompañamiento de su obra intelectual y magisterial.
“Este número de conmemoración, a raíz de su muerte el último día de 2022, reúne una parte significativa de los frutos de ese vínculo, que incluye ensayos, editoriales, artículos, ponencias y reseñas de libros publicadas originalmente en la revista o en la colección de Cuadernos de Humanitas. Los invito a profundizar en el legado de Benedicto XVI”, dijo.