En el momento de sentarse a comer, la vida es diferente para miles de personas en los EE. UU. que tienen alergia alimentaria. Estudios recientes demuestran que aproximadamente un 5 por ciento de los niños menores de 5 años y un 3 por ciento de los adultos tiene alergia alimentaria. La prevalencia de la alergia alimentaria en todo el mundo varía de un 1,1 por ciento a un 10,8 por ciento.
Se suele confundir la alergia con la intolerancia alimentaria porque los síntomas pueden ser similares.
“Si usted tiene una alergia alimentaria, su cuerpo reacciona de manera exagerada a un alimento determinado como si fuera una amenaza. Esto puede suceder cuando consume incluso la cantidad más pequeña del alimento. En el caso de algunas personas, la alergia puede desencadenarse por oler o entrar en contacto con el alimento”, explica Kjersten Nett, nutricionista y dietista diplomada, Nutrición Clínica, Sistema de Salud de Mayo Clinic, Alert Lea y Austin, Minnesota.
Cuando se entra en contacto con el alimento, el sistema inmunitario libera un anticuerpo llamado inmunoglobulina E para neutralizar el alérgeno alimentario.
“Estos anticuerpos le indican al sistema inmunitario que libere una sustancia química llamada histamina, que provoca muchos síntomas de alergia, como picazón, hinchazón, urticaria y dificultad para respirar”, comenta la especialista de Mayo Clinic.
Los ocho alérgenos alimentarios más comunes son el huevo, la leche, los cacahuates (maní), los mariscos, las nueces de árbol, la soja, el pescado y el trigo.
Según explica la nutricionista y dietista Kjersten Nett, a diferencia de una reacción alérgica, los síntomas de la intolerancia alimentaria habitualmente son gastrointestinales. “La intolerancia significa que el cuerpo no tiene los mecanismos correctos para digerir determinados alimentos de manera adecuada”.
Una intolerancia alimentaria común es a la lactosa, el azúcar principal de los productos lácteos. Si usted tiene intolerancia a la lactosa, su cuerpo tendrá dificultades para digerir lactosa, lo que provoca síntomas como flatulencias, dolor abdominal y, en ocasiones, diarrea.
Entre otros tipos de intolerancia que a veces se confunden con la alergia alimentaria se incluyen los siguientes:
Síndrome de colon irritable: afección que causa diarrea frecuente, estreñimiento, distensión abdominal y otros síntomas gastrointestinales cuando se consumen carbohidratos de cadena corta en exceso
Enfermedad celíaca: afección por la que el cuerpo sufre daños a nivel microscópico por el consumo de gluten, que se encuentra en productos derivados del trigo, la cebada o el centeno
Intoxicación alimentaria provocada por bacterias que contaminan los alimentos
El profesional mejor calificado para diagnosticar una alergia alimentaria es un alergólogo. El alergólogo comenzará a revisar detalladamente sus antecedentes médicos para averiguar si los síntomas son por una reacción alérgica, intolerancia u otro problema de salud.
Entre otras pruebas de alergia alimentaria se incluyen las siguientes:
Prueba cutánea
En una prueba cutánea se puede determinar qué alimentos, si los hubiera, desencadenan sus síntomas de alergia. En la prueba cutánea, se coloca una pequeña porción del alimento sobre el antebrazo o la espalda mediante un pinchazo diminuto justo debajo de la piel. Si es alérgico a la sustancia, se formará un bulto pequeño.
Prueba de sangre
Es posible que el alergólogo tome una muestra de sangre para medir los niveles de inmunoglobulina E específica de los alimentos. Un resultado positivo no necesariamente significa que tiene una alergia alimentaria, pero puede ayudar a unir las piezas del rompecabezas.
Diario alimentario
Es posible que le pidan que lleve un diario de las comidas que come y si tiene una reacción.
Dieta de eliminación
Una dieta de eliminación limitada se trata de excluir los presuntos alérgenos alimentarios de la dieta según las instrucciones del profesional de atención médica durante algunas semanas. Luego, se vuelve a incluir el alimento a la dieta para ver si los síntomas reaparecen.
Desafío alimentario oral
En esta prueba, que se lleva a cabo en el consultorio del alergólogo, se le administran cantidades pequeñas, que se aumentan de forma progresiva, del presunto alimento. El profesional de atención médica lo observa para ver si ocurre una reacción. Solo la reacción a los alimentos presuntos confirma el diagnóstico de una alergia alimentaria. Si no tiene reacciones, podrá volver a incluir ese alimento en su dieta.
“Lamentablemente, la alergia alimentaria no se puede curar. Solo puede prevenir los síntomas evitando los alimentos que causan reacciones. Si entra en contacto con un alimento que provoca una reacción alérgica menor, por lo general, puede usar un antihistamínico para aliviar los síntomas. En el caso de una reacción grave, es posible que necesite una inyección de epinefrina de emergencia o dirigirse al departamento de emergencia. Debe usar siempre un brazalete o collar de advertencia médica. Busque atención médica si cree que está teniendo una reacción alérgica”, comenta Kjersten Nett, nutricionista y dietista diplomada de Mayo Clínic.