Investigación del académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza (FCFCN) de la Universidad de Chile, Juan Pablo Fuentes, evaluó un método donde solo es necesario inyectar al árbol una dosis diluida de herbicida para controlar el crecimiento y desarrollo de esta especie exótica cuando invade áreas naturales de alto valor ecológico. El estudio se realizó en la zona cordillerana costera de la Región del Maule, donde existen especies nativas y endémicas de Chile como el hualo y el ruil.
Erradicar árboles de pino adulto (Pinus radiata) que invaden relictos del bosque maulino, de una forma eficiente y de mínimo impacto en el medioambiente, fue el objetivo de esta investigación liderada por el académico y director de Investigación de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, Dr. Juan Pablo Fuentes. El trabajo fue desarrollado en el marco de un proyecto asociado al Fondo de Investigación del Bosque Nativo, el cual es administrado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF), y se implementó en la Reserva Nacional Los Ruiles y en la Estación Experimental Justo Pastor León de la Universidad de Chile, ambas ubicadas en la región del Maule.
El proyecto, titulado “Técnicas innovadoras de control de Pinus radiata en bosques de Nothofagus de la Región del Maule: buscando soluciones económico-ambientales factibles” (Proyecto CONAF 018/2018), determinó que la aplicación de una dosis mínima -en términos de cantidad y concentración- de un herbicida de la familia de las sulfonilureas, a través de una perforación de aproximadamente siete centímetros de longitud y 2 cm de diámetro, permite la muerte de un pino en unos pocos meses sin generar un impacto ambiental que afecte el crecimiento y desarrollo de las especies nativas de la zona, así como las funciones ecológicas de los ecosistemas estudiados.
«El árbol empieza a desmoronarse lentamente, no provocando daño en la vegetación nativa y esta, a su vez, empieza a ocupar el espacio que tenía el árbol invasor controlado. Entonces, se recupera el ecosistema original. Esto lo pudimos comprobar, la vegetación nativa está volviendo a ocupar su espacio», destaca el Dr. Fuentes sobre esta investigación que duró cerca de cuatro años. El académico detalló que, mediante este procedimiento, el árbol tratado dentro de un período de tres a seis meses se marchita. En ese período, el árbol se deseca y pierde el 75% de su peso, lo que favorece una caída al suelo más liviana y sin dañar las especies nativas que lo rodean.
“Corroboramos que las dosis que teóricamente aparecían en la literatura científica daban resultado, pero comenzamos un proceso en que analizamos diferentes herbicidas y en dosis de mucho menor concentración. Realizamos además una serie de pruebas para determinar si el herbicida aplicado al fuste generaba algún efecto residual o impactos no solo en la vegetación nativa, sino que también en los microorganismos, no encontrando efectos», complementa el académico.
La problemática del pino
Son diversos los impactos que han traído las plantaciones de pino en Chile. Sin duda, las plantaciones de Pinus radiata han contribuido a dar un nuevo brío a las economías regionales a partir del uso de terrenos anteriormente degradados por una agricultura mal implementada en siglos anteriores. Sin embargo, la ampliación de las plantaciones a zonas de bosques nativos, con sustitución incluida, ha generado impactos negativos asociados a la pérdida de hábitat y de fuentes de nutrientes para animales silvestres; alteración en la interacción entre plantas y animales; cambios en comunidades microbianas y, por ende, en los ciclos de nutrientes; alteración en el ciclo hidrológico interno y -finalmente- la fragmentación de los remanentes del bosque nativo original. Esto ha favorecido la invasión de pinos, al estar los fragmentos rodeados de este monocultivo foresta, a lo que se suma un paisaje dominado por esta especie exótica y que se ha relacionado en los últimos años con la rápida propagación de los incendios forestales.
“Los efectos de la invasión de Pinus radiata son muy visibles en la Región del Maule. En la mayoría de los casos, los remanentes del bosque nativo original están sumamente degradados y fragmentados, por lo tanto, los procesos de invasión son mucho más intensos”, detalla el profesor Fuentes al referirse a los impactos de este árbol exótico en esta zona tan afectada y que fue una de las motivaciones para situar en ella esta investigación.
La ingeniera forestal, Daniela Celedón, quien fue parte del estudio, agrega que «el principal beneficio de esta investigación es la entrega de conocimiento y herramientas que permiten contribuir de manera concreta al manejo de la invasión de Pinus radiata en áreas de alto valor ecológico, teniendo un gran impacto, dada la necesidad que había en esta materia y especialmente bajo el actual escenario de cambio climático, el cual promueve la invasión de especies exóticas». Plantea, además, que «la aplicación a nivel nacional de esta metodología estará determinado principalmente por los recursos económicos con los cuales se cuenten para el manejo del control de la invasión de especies exóticas».
Con los resultados obtenidos, se desarrolló la “Guía para el control de pinus radiata en áreas de alto valor ecológico”, un insumo importante para entidades públicas y empresas privadas en el tratamiento y control de Pinus radiata. Tanto es así, explica el profesor Fuentes, que este procedimiento específico para árboles adultos de pino podría aplicarse sin inconvenientes en otras áreas con bosque nativo en que sea necesario controlar esta especie invasora.