La intensa lluvia que cayó sobre la Región Metropolitana el pasado 22 de junio no fue impedimento para visitar la Estación Experimental German Greve y evaluar los avances del proyecto «Restauración activa del bosque esclerófilo en terrenos de pastoreo, usando el espino como especie nodriza», financiado por el XI Concurso del Fondo de Investigación del Bosque Nativo de CONAF. La iniciativa, encabezada por el profesor Luis Piña, académico del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, tiene como objetivo utilizar a este árbol como nodriza para la restauración del bosque esclerófilo en la zona central del país.
En el encuentro, profesionales de CONAF y estudiantes de la carrera de Ingeniería Agronómica de la U. de Chile, entre otros asistentes, revisaron los principales resultados que se han obtenido en la ejecución de este proyecto. «Es muy motivante ver el interés por las temáticas relacionadas con la restauración del bosque esclerófilo y el manejo silvopastoril de espinales, que se refleja en las múltiples preguntas y comentarios por parte de los asistentes al Día de Campo, muchos de ellos profesionales de CONAF que asesoran a productores en el manejo de estos ecosistemas, así como también por el deseo de conocer los resultados finales que se obtendrán en los ensayos del proyecto», comentó el profesor Luis Piña sobre esta visita al espacio de prueba de esta iniciativa.
El estudio busca evaluar la factibilidad de utilizar el espino (Acacia caven) como árbol nodriza para el proceso de restauración activa del bosque esclerófilo en la zona central de Chile. El llamado efecto nodriza es una suerte de colaboración entre plantas, en que las más grandes o adultas generan un ambiente favorable para la vida bajo la proyección de su copa, sea ésta un árbol o un arbusto. El proyecto de investigación contempló a cuarenta espinos que se espera cumplan la función de nodrizas para más de 600 ejemplares de quillay, peumo, litre y maitén que se plantaron abajo y alrededor de ellos.
Resultados preliminares
Los resultados generales, que se esperan en los 42 meses que durará este estudio, es que el espino como nodriza permita acelerar el proceso de restauración activa de las especies arbóreas en estudio, aumentando la tasa de crecimiento y el porcentaje de sobrevivencia de las plántulas. A modo particular, además, con el efecto nodriza de los espinos debería observarse una disminución de las necesidades de agua de riego requeridas para la sobrevivencia de las plántulas en los primeros años del proceso de restauración activa, disminuyendo así los costos asociados a dicha práctica y aumentando el porcentaje de sobrevivencia de las especies arbóreas a restaurar.
Respecto a este último punto, el director del proyecto explicó que en los resultados preliminares de la investigación se concluyó que en las especies que tuvieron una mejor respuesta se observó una disminución de la necesidad de riego de las mismas, es decir, que la humedad se mantiene más eficientemente bajo la copa de los árboles, lo que permitiría riegos menos frecuentes.
En cuanto a la capacidad de restauración de las cuatro especies en estudio, Luis Piña explicó que la de mejor respuesta ha sido el Quillay. “Aun cuando los animales (conejos) consumen las plantas dejando un pequeño tallo de aproximadamente 3 milímetros de altura, el Quillay vuelve a brotar, no así el resto de las especies en estudio, que, aunque se supone son especies adaptadas a las condiciones de la zona, al parecer – y es parte del análisis final del estudio- algunas de ellas necesitarían que el bosque esté relativamente establecido para reaparecer“, comentó el académico de la U. de Chile.
Una vez finalizado el proyecto, se pretende obtener un plan de manejo para el fomento de la restauración activa del bosque esclerófilo, que involucre una propuesta de manejo conjunta de la formación vegetal actual (espinal), la restauración de especies arbóreas del bosque esclerófilo y un manejo silvopastoril acorde al proceso de regeneración de la formación vegetal.