Investigadoras(es) del HUB Ambiental UPLA publicaron el trabajo en Frontiers in Marine Science, dando cuenta de la capacidad antioxidante y los mecanismos de fotoprotección de los compuestos que se encuentran en las macroalgas intermareales, las cuales sobreviven en condiciones extremas. Los hallazgos podrían impulsar nuevas indagaciones para identificar los beneficios de su ingesta.
Como sugieren numerosos estudios clínicos y epidemiológicos, la exposición de la piel a la radiación solar ultravioleta (UV) puede provocar diversos efectos nocivos para la salud humana. Un escenario en el cual ha ganado terreno la ingesta regular de productos vegetales naturales, especialmente polifenoles, ampliamente presentes en frutas, verduras, legumbres secas y bebidas, los cuales han obtenido considerable atención como agentes protectores frente a estos impactos negativos.
Partiendo de esta base, un valioso estudio en el cual participaron académicas(os) e investigadoras(es) del HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha y publicado por la prestigiosa revista Frontiers in Marine Science, arroja luces sobre la capacidad antioxidante y los mecanismos de fotoprotección de los compuestos que se encuentran en las macroalgas intermareales, similares a los polifenoles y poco estudiados en sistemas extremos como la Península Antártica.
Se trata de “Photoprotective responses of three intertidal Antarctic macroalgae to short-term temperature stress” (Respuestas fotoprotectoras de tres algas intermareales antárticas bajo estrés por temperatura), artículo científico que tuvo entre sus autores a los Dres. Claudio Sáez., Fernanda Rodríguez-Rojas, Céline Lavergne y Paula Celis-Plá, además de los investigadores asistentes del Laboratorio de Investigación Acuático Ambiental (LACER) del HUB Ambiental UPLA, Andrés Trabal, Diego Pardo, Macarena Troncoso y Camilo Navarrete –estos dos últimos, además, estudiantes del Doctorado Interdisciplinario de Ciencias Ambientales (DocCam) de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la UPLA-
Ingesta beneficiosa
“Los resultados de este trabajo pueden ser el motor de nuevas investigaciones focalizadas en estas macroalgas, a fin de tener mayor claridad y nuevas opciones para aprovechar los beneficios de la ingesta de estos compuestos”, explica la Dra. Paula Celis-Plá, doctora en Ciencias del Mar, coordinadora del DocCam y directora del LACER, quien ha liderado, previamente, estudios similares como el de la macroalga parda Lessonia spicata.
Tal como sugirió dicha investigación, en regiones polares como la Península Antártica, estas macroalgas prosperan en condiciones ambientales extremas, contando con menor disponibilidad de nutrientes, producto de los cambios estacionales, y exponiéndose a una mayor radiación UV y a temperaturas fluctuantes en el mar. Un contexto adverso que las fuerza a producir más pigmentos y elementos fotoprotectores, como los compuestos fenólicos y los aminoácidos tipo micosporinas (MAAs), que pueden absorber la radiación UV y, en consecuencia, activan los mecanismos antioxidantes.
Es por eso que las autoras(es) del estudio plantearon estudiar el impacto de los futuros aumentos de temperatura de la superficie del mar (+6°C) en las macroalgas que habitan la zona intermareal en la Península Antártica, realizando experimentos de laboratorio con tres especies modelo: Adenocystis utricularis (Ochrophyta, Phaeophyceae), Pyropia endiviifolia (Rhodophyta, Bangiophyceae), y Monostroma hariotii (Chlorophyta, Ulvophyceae).
Estas se recolectaron en Punta Artigas (Isla Rey Jorge, Antártida) y se mantuvieron a 2°C durante dos días. Luego, el impacto de la temperatura se evaluó a través de una serie de experimentos de laboratorio, durante un máximo de cinco días, bajo dos tratamientos: uno en condiciones de temperatura control (2°C) y otro en condiciones de temperatura elevada, es decir, sumando el incremento de 6°C a la temperatura de control, representando estos 8°C el incremento más negativo de la temperatura de la superficie del mar, para finales del siglo XXI.
Tras tres y cinco días de exposición, las conclusiones del estudio sugieren que el aumento de la temperatura del agua debido al calentamiento global puede potenciar las capacidades fotoprotectoras de las tres macroalgas intermareales antárticas que se investigaron, mostrando respuestas especie-específicas para cada una.
La científica destaca que esta búsqueda, en lo que se conoce como Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN), “para combatir el cambio climático y los incrementos de radiación ultravioleta, se hacen cada vez más importantes a la hora de estudiar opciones naturales para combatir sus efectos en la ciudadanía. Es así como los resultados de este estudio realizado en la Antártica comprueban la alta capacidad antioxidante y fotoprotectora de las algas antárticas, las cuales pueden ser utilizadas para promover su uso en diferentes productos naturales para el ser humano”.
Cabe destacar que también participaron como co-autores del estudio Nelso Navarro e Iván Gómez, investigadores del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL), de Valdivia-Punta Arenas, y académicos de las Universidades de Magallanes y Austral, respectivamente; Murray T. Brown, académico de la Universidad de Plymouth (Reino Unido); y Félix Figueroa, académico del Departamento de Ecología del Instituto de Biotecnología y Desarrollo Azul (IBYDA), de la Universidad de Málaga (España).