Diversos factores, como la hipertensión y la arteriosclerosis, son los gatillantes de este mal que puede causar la pérdida parcial o total de la visión.
Es poco conocido, pero representa un gran riesgo para la salud de las personas. Se trata del infarto ocular, también denominado oclusión de arteria o vena de la retina, el cual tiene como una de sus principales consecuencias la pérdida total o parcial de la visión de una manera indolora.
El doctor y director de la Escuela de Tecnología Médica de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Claudio Zett, señaló que “los infartos oculares se producen cuando existe una obstrucción de uno o más vasos sanguíneos que suministran o drenan la sangre de la retina, provocando así una disminución o interrupción del flujo sanguíneo, lo que puede llevar a una pérdida súbita e indolora de la visión”.
El especialista agregó que “la mayoría de las causas por las cuales se generan infartos oculares guarda más relación con condiciones o patologías de orden sistémico más que propiamente oftalmológico, pero que acaban afectando la circulación ocular a razón del menor calibre de los vasos de la retina, su disposición anatómica y labilidad de los tejidos circundantes. Esta obstrucción puede ser causada por varios factores, incluyendo coágulos de sangre, endurecimiento de las arterias o también conocida clínicamente como aterosclerosis; altos niveles de grasa en la sangre o hiperlipidemia, inflamación de los vasos sanguíneos, diabetes, hipertensión arterial y otros trastornos que afectan la circulación sanguínea”.
El experto sostuvo que existen diversos tipos de infartos oculares, siendo el más complejo cuando ocurre una oclusión de la arteria central de la retina. “Es el tipo más grave y sucede cuando se bloquea el flujo sanguíneo en la arteria principal que suministra sangre a la retina”, señaló Zett, quien agregó que “los infartos oculares también se pueden clasificar en función del tipo de daño que causan, es decir si provoca lesiones de tipo isquémico, edematoso, hemorrágico y neovascular”.
En cuanto a los síntomas que podrían advertirnos sobre la ocurrencia de un infarto ocular, el académico Caludio Zett señaló que “un signo común de infarto ocular es una pérdida súbita e indolora de visión en uno o ambos ojos. Esta pérdida de visión puede ser parcial o total. Otros síntomas pueden incluir visión borrosa, pérdida de visión periférica, y dificultad para ver colores. Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante buscar atención médica inmediata”.
Para el especialista la mejor manera de prevenir este tipo de afección es manteniendo los factores de riesgo a niveles saludables. “Esto incluye una presión arterial saludable, el colesterol y la diabetes bajo control, no fumar, llevar una buena alimentación, hacer ejercicio regularmente, y hacerse exámenes sistémicos y oculares regularmente para detectar problemas antes de que se vuelvan graves”, concluyó el doctor Zett.