Cuescos de palta o durazno, cáscara de limón, corontas de choclo, pétalos de flores y hojas de parras, son sólo algunos de los desechos orgánicos que estudiantes de Diseño de la Universidad de Talca utilizaron para crear nuevos productos. Se trata de residuos que fueron investigados y tratados con el propósito de crear biomateriales.
“Estos son materiales que están constituidos por desechos orgánicos y de la industria, que nosotros recogemos, procesamos y aglomeramos de distintas maneras para generar nuevos formatos”, detalló Alejandro Olea Thumm, académico de la Escuela de Diseño de la UTalca y docente del módulo “Proceso de transformación y propiedad de los materiales”, que los alumnos realizan en primer año de la carrera.
Uno de los proyectos fue un soporte para botellas de vino hecho en base a la poda de la parra en conjunto con el micelio –estructura de los hongos similar a una raíz-. “Junto a mis compañeros diseñamos un molde, lo termoformamos y le introdujimos el sustrato con el hongo y luego comenzó a colonizarse”, detalló el alumno José Manuel Valdés Aguilera.
“Fue muy revelador, te das cuenta de que hay materiales que funcionan casi tan bien como el concreto, el micelio resiste a la comprensión muy bien. Uno se da cuenta que, si se invierte más tiempo en los biomateriales y los industrializa, quizás podamos reemplazar elementos que en este momento están contaminando y están destruyendo el planeta”, reflexionó el estudiante utalino.
Antonia Moral Saavedra creó con su grupo un biotextil a base de cáscara de limón, “lo que hicimos fue pelar cáscara, dejarla secar y después vino todo un proceso de moler, filtrar y mezclar con otros productos que también son biomateriales”, explicó.
Biomateriales desde el territorio
La temática se analizó en el seminario Horizonte Creativo: Biomateriales desde el territorio, organizado por la Escuela de Diseño de la UTalca, que contó con exponentes internacionales en la materia y la presentación de los trabajos de los estudiantes de primer año.
“El objetivo es apuntar a la visión de generar biomateriales desde los territorios locales -en este caso desde el Maule-, tomando los descartes de la industria, transformándolos con procesos productivos o de fabricación que son tradicionales, y como en este match podemos ir generando nuevos productos que respondan a las necesidades del territorio como también a la identidad”, detalló Olea.
Uno de los participantes del seminario fue Nicolás Salinas, ingeniero civil de minas de la UTalca y creador de la startup de biomateriales Chalkotek, quien en colaboración con la Escuela de Diseño desarrolló un cuero vegano a base de coronta de choclo. “El maíz en sí es uno de los cultivos que más residuos genera, más de la mitad se desecha y hay un gran porcentaje que se quema. Nuestro propósito es evitar esta degradación medioambiental y poner este residuo en valor”, explicó.
“Me parece genial que los estudiantes desde primer año entiendan la potencialidad que esto tiene”, agregó Salinas.
En este sentido, Olea subrayó que el objetivo es responder a la industria que cada vez requiere materiales más conscientes. “Por ejemplo, el packaging de alimentos hoy está muy en boga por la ley que nos prohíbe plásticos y productos de un solo uso. Estamos apuntando a eso con los biomateriales”.
En esta línea, el docente de Diseño UTalca recalcó que “es relevante que los jóvenes sepan que existen estas otras materialidades que están ofreciendo otras realidades paralelas mucho más conscientes y sustentables con el entorno”.