Especialistas advierten de la ausencia de una salud sexual sana en el país

14 febrero, 2023
Young happy couple in love holding red paper heart in the garden. Love, Romance and Valentine Concept idea.

Desde hace un par de décadas los roles que cumplen las parejas dentro de una relación han ido transformándose. Así se puede observar en los millennials y los Gen Z, quienes han logrado establecer nuevos esquemas y formatos al momento de relacionarse afectivamente. Al respecto, la psicóloga de la Clínica Tarapacá, Renee Calla, indica que, en este mes del amor y la amistad es importante resaltar estos cambios en las dinámicas socioafectivas. “Las personas que están dentro de una relación, en la mayoría de los casos, buscan a otra que pueda acompañarlos a experimentar y ser testigos de sus logros, sueños objetivos y desafíos que les presenta la vida; en lugar de una persona que cumpla un rol más tradicional como el de proveedor o dueña de casa”, explica la especialista.

“En lo general las relaciones abiertas tienden a ser muy complicadas de llevar, porque los límites tienden a ser difusos para ambos participantes a medida que avanza la relación.  Sin embargo, hay a quienes sí les funciona y que pueden establecer relaciones abiertas teniendo en cuenta la responsabilidad afectiva”, explica la psicóloga de la Clínica Tarapacá.

Salud sexual en Chile, una tarea pendiente

En 2006, la Organización Mundial de la Salud definió la importancia de la «salud sexual» en base a dos factores. Por una parte, relacionado al nivel de bienestar general, tanto emocional, mental, físico y social respecto a la sexualidad. En segundo lugar, la mantención de prácticas sexuales seguras, lo que implica que las personas puedan vivir su sexualidad sin enfermedades o problemas físicos asociados a este proceso.

Para la matrona especialista en salud reproductiva, Araceli Márquez, pese a los esfuerzos por dar mayor acceso a métodos de protección e información, aún en Chile existe una salud sexual poco sana. “Esto conlleva una responsabilidad personal y desde la pareja, ya sea ocasional o estable. Principalmente, se debe a una ausencia de políticas públicas y normativas que respalden o determinen el inicio de la educación sexual. Al carecer de esta información, el proceso educativo llega de forma tardía a los jóvenes y/o adolescentes, que muchas veces inician su vida sexual con conocimientos basados en experiencias o relatos de pares y sin precauciones”, puntualiza.

Efectivamente, investigaciones en Chile sostienen que el inicio de la vida sexual de los y las jóvenes se asocia a una escasa protección, siendo irregular el uso de métodos de barrera en este segmento. Al respecto, la matrona puntualiza en la necesidad de contar con una cultura sexual responsable.  “Cuando se educa, se están dando las herramientas para que los chilenos decidan de forma responsable las medidas que tomarán al momento de tener relaciones sexuales o afectivas con su/sus parejas. Sin embargo, al carecer de educación en esta área es difícil tener una vida sexual responsable con una conducta basada en prevenir los riesgos asociados”.

En tanto, Márquez resalta la preocupación por el aumento en el diagnóstico de enfermedades de transmisión sexual, donde el SIDA y el VIH han sido una de las patologías con mayor mortalidad. Por esto, enfatiza en la necesidad de los chequeos preventivos, tanto si se tiene múltiples o pareja única, es fundamental llevar un control de salud permanente que conlleve la realización de exámenes, tales como el Test de Elisa para detectar el VIH, sífilis, Clamidia, y en el caso de las mujeres su chequeo anual del Papanicolaou. “Su periodicidad va a depender de las conductas sexuales de riesgo que tenga cada persona, tales como el número de parejas sexuales o mantener relaciones sin protección”, indica.  

Finalmente, para la psicóloga del recinto médico, Renee Calla, también es relevante reflexionar sobre lo que se busca en una relación y en quienes acompañarse en este proceso de introspección. “Esto no es lo que dice el experto de internet, sino que depende de nosotros mismos. Identificar nuestros límites, nuestros patrones, que nos gusta, que no nos gusta tanto, estudiar junto con tu terapeuta cómo fue nuestra infancia, en fin, auto conocernos; esto es lo que realmente nos va a permitir tener relaciones más sanas”.

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