
- Libro de la porteña Alejandra Olea, de dos tomos y casi dos mil páginas, incluye 179 entrevistas a mujeres que fueron protagonistas en la defensa de los DDHH durante la dictadura cívico-militar, manteniendo viva la Memoria.
Algunas ya partieron. Otras caminan a paso cansino debido a los años. Se ayudan entre ellas, se acompañan y siguen manteniendo viva la Memoria.
Son las mujeres que defendieron los DDHH tras el golpe cívico-militar en la región de Valparaíso y que, desde distintos espacios, colectivos y personales, resistieron en busca de sus seres queridos, muchos de ellos detenidos desaparecidos, ejecutados y prisioneros políticos.
A ellas, este sábado, con el Teatro lleno y 400 asistentes, se les rindió un homenaje en el Parque Cultural de Valparaíso; lugar desde donde han logrado tejer redes y cercanías, con activa participación y apoyo del Departamento de Memoria y DDHH. El homenaje se materializó en el libro, escrito por la porteña Alejandra Olea, quien entrevistó a 179 mujeres de la región, protagonistas esenciales en la defensa los DDHH y mantención de la Memoria.
El libro, de dos tomos, fue presentado por la periodista Vivian Lavín, quien calificó el libro como un acto de “amor y sabiduría” parafraseando a la destacado escritora María Zambrano. La presentación fue conducida por Marina Grabivker y al término del acto se entregó a cada una de las mujeres homenajeadas o a sus familiares en el caso de las fallecidas. El título, “Mujeres de Fuego”, refleja a juicio de la autora, la valentía de quienes lograron sobrevivir y rescatar la Memoria.
Para Alejandra Olea, quien vivió la represión al día siguiente del Golpe junto a su familia y cercanos, “las mujeres cumplieron el rol de denunciar, informar los atropellos, buscar apoyo para la defensa de los y las perseguidas. Esto lo hicieron con fuerza, con perseverancia, con valentía, durante todos los años de la dictadura. También ellas desde el principio se incorporaron a la resistencia, luchando desde los diferentes ámbitos en que estaban, en las poblaciones, en sus trabajos, en sus lugares de estudio, desde sus militancias clandestinas, desde la actividad artístico-cultural, en las otras agrupaciones de familiares que se fueron creando: Agrupación de Familiares de Presos y Presas Políticas, Agrupación de Familiares de Ejecutados y Ejecutadas Políticas, Agrupación de Familiares de Relegados y Relegadas.”

Finalmente, y tras ser consultada por el rol de las mujeres en materia de DDHH y del rescate de la Memoria, Alejandra Olea señaló que “la Memoria además de rescatarla, hay que preservarla. Para ello la Memoria debe ser difundida, en especial a los y las jóvenes. Hay que seguir construyendo la Memoria, hay que investigar más, hay que apoyar para que siga saliendo a la luz. Ojalá en cada grupo familiar, en cada grupo de amistades, las mujeres se animen a contar cómo vivieron los años de dictadura, qué hicieron, qué sintieron, cómo lucharon. En este libro faltan las voces, las vivencias de muchas mujeres luchadoras sociales. Espero que otros y otras continúen la tarea y surjan más libros que rescaten las experiencias de las mujeres de esta región”.