Un moderado aumento de la participación femenina en las dirigencias sindicales durante la última década constató un estudio de la Dirección del Trabajo (DT) divulgado este jueves en la sede nacional de la Central Unitaria de Trabajadores y Trabajadoras (CUT).
La presentación de la investigación fue encabezada por el director de la DT, Pablo Zenteno Muñoz, y contó con una nutrida presencia de mujeres sindicalistas y otros actores del mundo del trabajo.
El incremento de la participación femenina comenzó a verificarse ya a partir del año 2012 y se consolidó luego de la puesta en marcha de la Ley N°20.940, de Reforma Laboral, cuya aplicación comenzó en 2017.
En el período analizado la proporción de participación de mujeres en los directorios de los sindicatos subió desde el 23,6% (7.293 cargos de dirigentas) hasta el 34,9% (11.569 cargos de dirigentas) actual.
Sin embargo, la investigación de Carolina Díaz y Paulina von Geldern advierte la perduración todavía de una brecha de género significativa, puesto que hasta diciembre de 2022 el 65,1% de los cargos es ejercido por hombres.
Durante la presentación del estudio, la subsecretaria de la Mujer y la Equidad de Género, Luz Vidal, señaló que “estas instancias nos permiten ver de dónde venimos, quiénes somos y analizar nuestra realidad para lograr cambios sociales en una sociedad más empoderada”.
A la vez, el subsecretario del Trabajo, Giorgio Boccardo, reconoció la labor del Departamento de Estudios de la DT “por retomar estos estudios laborales de vanguardia y la labor de las investigadoras por su aporte a este estudio. Estas reformas, como las 40 horas, no solamente van a permitir una reducción de jornada sino la posibilidad de redistribuir los tiempos de cuidado a partir de políticas de corresponsabilidad”.
En tanto, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, David Acuña, junto con destacar la importancia de la paridad de género en la CUT, reafirmó que “en este mundo tan masculinizado y tan machista como el mundo sindical, son nuestras compañeras una parte fundamental en esta lucha.”
Evaluación del estudio
Para el director del Trabajo, Pablo Zenteno Muñoz, “el estudio sobre las dirigentas sindicales que hoy ponemos a disposición del país revela tendencias positivas y auspiciosas y otras que no lo son tanto, y que plantean un desafío a quienes podemos influir en reducir las brechas de género en el ámbito laboral, ya que en la actualidad el que casi dos de cada tres cargos directivos en las organizaciones sindicales sea ocupado por hombres expresa la persistencia de una desigualdad de género en el acceso a los niveles de mayor influencia en los sindicatos que atenta directamente contra la adecuada atención y solución de los problemas específicos que aquejan a las mujeres trabajadoras”.
Contexto en que surgió la Ley N°20.940
Uno de los objetivos de la Reforma Laboral, ley publicada en 2016 y cuyas disposiciones sobre paridad de género entraron en vigencia en 2017, fue garantizar y elevar la tasa de participación femenina en las directivas sindicales. Y en los casos que no fuera posible, al menos en las comisiones negociadoras. Para ello estableció un sistema de cuotas que deben cumplir los sindicatos, de acuerdo a características establecidas en el cuerpo legal, el que también margina de las exigencias a ciertos tipos de organizaciones.
Las nuevas disposiciones entraron en vigor en un contexto de mayor participación laboral femenina y de una consiguiente mayor tasa de sindicalización, al punto de que en 2017, antes de que se notase efecto alguno de la Reforma Laboral, por primera vez el porcentaje de sindicalización femenino (16,5%) superaba al masculino (16,1%), tendencia que se mantiene hasta hoy.
Nivel de cumplimiento general
En cuanto a los efectos concretos de la Reforma Laboral, el estudio de la DT constató que, del total de sindicatos existentes en el país, el 53% sí debía cumplir con las cuotas de género. Al cabo del tiempo transcurrido, el 82,6% efectivamente cumplen hoy con la exigencia. Si bien se trata de una tasa alta, las investigadoras sostienen que no es óptima porque, entre otras variables que moderan una evaluación totalmente positiva, ya en 2016, sin exigencia legal alguna, el 76,9% de los sindicatos contaba con dirigentes.
Tipos de cargos ocupados por mujeres
También introduce un matiz en un balance totalmente positivo el tipo de cargos ocupados por las dirigentas. Actualmente, el 31,1% es presidenta; el 38,2%, secretaria; el 35,5%, tesorera y el 36,1% directora. Para las investigadoras, “no es trivial la constatación de que la posición con una menor participación relativa de mujeres sea, precisamente, la de mayor visibilidad y responsabilidad asociadas”, añadiendo que los roles más ocupados por mujeres “se distinguen por estar vinculados a una connotación de apoyo y subordinación, en la medida que son puestos de baja y media jerarquía”.
Tipos de sindicatos
La menor proporción dirigencial de mujeres la encontramos en los sindicatos de establecimiento (33,9%) y de empresa e interempresa, ambos con el 32,5%, los cuales en conjunto representan la mayor cantidad de organizaciones sindicales de bases en el país.
En tanto la proporción dirigencial femenina es mayor en los sindicatos de trabajadores eventuales o transitorios y de independientes. En el primero de ellos, es del 45,4% y en el segundo, del 40,1%.
Cumplimiento regional
A nivel regional, también aparecen estadísticas alentadoras pero que deben ser matizadas.
Por ejemplo, el total nacional de cumplimiento llega en la actualidad al 82,6%, con seis regiones superando el 85%. Encabeza Arica y Parinacota (93,5%), seguida por Valparaíso (88,9%), Los Ríos (88,8%), Bío-Bío (88,5%) , Coquimbo (88,4%) y Magallanes (86,3%) Las tres regiones con menores tasas son O’Higgins (72,3%), Antofagasta (77,5%) y Atacama (78,1%).
En este segmento, las investigadoras atribuyen las distintas tasas a “barreras especialmente difíciles de superar, considerando las particularidades productivas de esas zonas”.
Cumplimiento por rama económica
Bajo este criterio, la tasa nacional de sindicatos cumplidores de la ley llega al 82,6%.
Dos ramas económicas superan el 90% de cumplimiento. Son Actividades de atención de la salud humana y de asistencia social (95,9%) y Enseñanza (91,8%).
Les siguen Otras actividades de servicios (88,8%), Comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos automotores y motocicletas (88,6%), Actividades de alojamiento y de servicio de comidas (86,2%) y Actividades de servicios administrativos y de apoyo (81,5%).
Bajo el 70% de cumplimiento figuran la Industria manufacturera (69%) y Transporte y almacenamiento (62,5%).
Acá las investigadores sostienen que “solo en sectores típicamente feminizados y con una participación de mujeres relevante en las bases sindicales (salud y enseñanza) ellas han conseguido acceder masivamente a los directorios”.
Conclusiones
Al hacer un balance de su estudio, las investigadoras verifican que “el incremento de la afiliación sindical de las mujeres no se ha traducido en una participación proporcional en espacios de liderazgo y que el acceso paritario a posiciones de poder en las organizaciones de trabajadores y trabajadoras constituye un desafío que requiere de mecanismos adicionales para ser promovido e impulsado”.
Añaden que “el progreso conseguido hasta ahora ha sido más discreto de lo que pudo haberse esperado tras la introducción de estrategias de acción positiva como las cuotas y los programas de formación sindical con enfoque de género”.
Por ello concluyen que “la tendencia que se advertía antes de la entrada en vigencia de la Ley N° 20.940 era hacia una paulatina mayor presencia de mujeres en la dirigencia y no es posible afirmar que el mecanismo de cuotas acelerara de manera relevante y homogénea esa trayectoria. Los avances han tendido a concentrarse en determinados territorios, sectores de actividad económica y tipos de organización, dejando con rezago a otros”.
Propuestas
Para afianzar más decididamente la dirigencia sindical femenina, las investigadoras proponen, entre otros:
Cambios legales que vuelvan más restrictiva la posibilidad de eximir de la incorporación de mujeres en sus directorios a los sindicatos con afiliación femenina.
Impulsar el cumplimiento de la ley sobre cuotas en sindicatos de empresas pertenecientes a ramas de actividad económica tradicionalmente masculinizadas.
Focalizar las medidas de promoción y fortalecimiento de liderazgos femeninos en aquellas organizaciones sindicales con mujeres en las bases y que carecen de representación en las directivas.
Enfatizar en la formación sindical la conciencia sobre el rol de las y los dirigentes como potenciales agentes de cambio para impulsar la igualdad de género.
Generar instancias de diálogo en las organizaciones sindicales que sensibilicen a sus miembros acerca de la relevancia de desfeminizar los cuidados y el trabajo doméstico para eliminar barreras que limitan la disposición de las mujeres a participar activamente de las actividades sindicales y asumir posiciones de liderazgo sindical.