En julio se celebra el día del Podólogo Clínico en Chile, espacio para relevar a estos profesionales que desempeñan un rol crucial en la salud de la población. La Podología es una carrera clínica, los podólogos son una parte esencial del equipo de salud, cuya intervención es fundamental para la prevención y tratamiento de diversas afecciones del pie.
La salud de nuestros píes es fundamental para una buena calidad de vida. Los problemas en nuestras extremidades inferiores pueden afectar la movilidad, la independencia y la salud general. La podología clínica contribuye a prevenir complicaciones desde pacientes pediátricos, podología deportiva y diabéticos. Incluso su intervención oportuna en estos casos puede prevenir amputaciones y mejorar significativamente la calidad de vida de estas personas.
“En nuestra escuela, estamos comprometidos con la formación de los futuros podólogos clínicos. Nuestro plan de estudios está diseñado para proporcionar habilidades y los conocimientos necesarios para enfrentar los desafíos del cuidado podológico. Invitamos a las personas a poner en práctica algunas recomendaciones y pequeñas acciones que pueden hacer la diferencia en la salud de nuestros pies”.
Recomendaciones para el Cuidado de los Pies:
- Lavar los pies diariamente: Usar agua tibia y jabón neutro. Secarlos bien, especialmente entre los dedos, para evitar infecciones.
- Hidratar la piel: Aplicar crema humectante para mantener la piel suave y prevenir callos y grietas.
- Corte adecuado de uñas: Cortar las uñas en línea recta y no demasiado cortas para evitar uñas encarnadas.
- Usar calzado apropiado: Elegir zapatos cómodos que brinden soporte adecuado y eviten el roce excesivo.
- Evitar andar descalzo: Especialmente en lugares públicos como baños o sobre alfombras para prevenir infecciones y lesiones.
- Revisar los pies regularmente: Inspeccionar los pies diariamente para detectar cambios como cortes, ampollas, cambios de coloración o edema.
- No ignorar el dolor: Consultar a un especialista si se siente dolor o molestias en los pies.
- Mantener una buena circulación: Evitar cruzar las piernas por períodos prolongados y realizar ejercicios para mejorar la circulación.
- Controlar los niveles de azúcar: Especialmente en pacientes diabéticos, mantener los niveles de azúcar controlados es crucial para prevenir complicaciones.
- Visitar regularmente al podólogo: Realizar chequeos periódicos con un podólogo clínico certificado para un cuidado preventivo y tratamiento especializado.
