Hace unos días, diversos medios comenzaron a difundir las primeras imágenes del actor Bruce Willis, tras conocerse el diagnóstico de la enfermedad que padece. Hace un año, la familia informó que el actor se alejaba de las pantallas por presentar afasia, un cuadro neurológico que afecta el lenguaje, disminuyendo la capacidad de expresarse y comprender. Hoy se sabe que el diagnóstico es una demencia frontotemporal (DFT) y que ésta le habría ocasionado la afasia.
El Fonoaudiólogo Jorge Valdés, director del Diplomado en Neurorehabilitación Fonoaudiológica en Adultos de la Universidad San Sebastián, explica que la DFT es uno de los tipos de demencia más frecuentes. “Hasta hace un tiempo, muchos pacientes que presentaban demencia frontotemporal eran diagnosticados con Alzheimer, pero afortunadamente hoy se conoce más de esta enfermedad”, dice.
Esta afección se caracteriza por una ruptura de las células nerviosas y sus conexiones en los lóbulos frontal y temporal del cerebro, áreas que están relacionadas con la personalidad, la conducta y el lenguaje. Entre los síntomas, por ejemplo están los trastornos de personalidad, comportamientos inapropiados, conductas compulsivas, anhedonia, pérdida de la empatía, pérdida del juicio, cambios en el lenguaje, en los movimientos y el pensamiento.
LA DFT afecta a personas adultas, la mayoría entre 45 y 60 años, y a menudo que avanza se tienden a agudizar los síntomas. “En la DFT se produce una degeneración de áreas específicas del cerebro. La sintomatología que presentará la persona dependerá directamente de las áreas afectadas”, indica Valdés.
Por ejemplo, si se afecta la parte anterior del cerebro, es más probable que la persona presente problemas de conducta. Si se atrofia la parte media del hemisferio izquierdo del cerebro, podría presentar dificultades de lenguaje, y si se afecta la parte baja del cerebro, en los temporales, la persona podría perder la capacidad para manipular objetos, para comprender, para denominar, explica el fonoaudiólogo, y algunas veces estos grupos pueden ser afectados a la vez.
Valdés refuerza el hecho de que aún no existe un tratamiento para las personas que presentan este tipo de demencia, pero para disminuir la sintomatología o para retrasar el avance, es fundamental consultar oportunamente a algún especialista, que podría ser un médico familiar, un psiquiatra, neurólogo o geriatra.
Además, es fundamental recibir un tratamiento multidisciplinario que permita mejorar la calidad de vida del paciente y su entorno. Estos equipos suelen estar compuestos de kinesiólogos, nutricionistas, fonoaudiólogos, psicólogos, terapeutas ocupacionales, quienes realizan un manejo holístico de la enfermedad, a medida que ésta va avanzando.