Declaración de Comunidad Judía de Chile
Es preocupante que el presidente Gabriel Boric, quien se ha presentado como un defensor de la paz y de los derechos humanos, se reúna en privado con Mahmoud Abbas, líder de la Autoridad Palestina, cuyo gobierno apoya y premia abiertamente el terrorismo. Mientras el Gobierno de Chile supuestamente condena cualquier forma de violencia, decide sentarse a conversar con un líder que, apenas meses después de la masacre perpetrada por Hamás en Israel el 7 de octubre, firmó un acuerdo con esta misma organización.
Esperamos que en esta reunión, el presidente Gabriel Boric sea coherente con su discurso de defensa de los derechos humanos y ponga sobre la mesa la urgente necesidad de liberar a los más de cien israelíes secuestrados, así como la protección y seguridad de los ciudadanos chilenos que hoy viven en Israel, muchos de los cuales han sido desplazados por los cientos de cohetes que a diario caen en el norte de ese país.
De más está decir, que no hay objeción en que el Presidente busque fortalecer relaciones internacionales o discutir temas de política exterior. Sin embargo, si Chile realmente quiere contribuir a la paz en Medio Oriente, debe dejar la condescendencia cómplice con Hamás y Hezbolá, que lo único que logra es dejar la causa Palestina capturada por el fundamentalismo islámico en manos de Irán y sus proxys. Por su parte, lo que ratifica el Presidente mediante esta reunión, es que no defiende “principios” sino que ha tomado un bando, perjudicando abiertamente las relaciones exteriores de Chile y su estrategia de defensa.
A los chilenos nos preocupa la seguridad nacional. Inquieta así la actividad de grupos terroristas en nuestro territorio, especialmente existiendo información sobre Hezbolá, organización terrorista activa en América Latina vinculada a Irán y Hamás, que representa una amenaza directa para la estabilidad en la región, planteando serias preocupaciones y dudas sobre la seguridad nacional.
Ignorar los peligros reales que representan las alianzas con grupos terroristas en nuestra región no solo es una muestra de incoherencia, sino también un error estratégico que pone en entredicho el compromiso de Chile con la paz, la justicia y la seguridad, tanto dentro como fuera de sus fronteras. No olvidemos el episodio del caso de los aviones venezolanos- iraníes en Chile.
A fin de cuentas, lo que los ciudadanos esperan de su gobierno es protección que garantice sus derechos fundamentales. Los chilenos confiamos en que el Gobierno tomará decisiones que prioricen nuestra estabilidad, tanto dentro como fuera de las fronteras nacionales, y que actuará de manera firme frente a cualquier amenaza que ponga en riesgo la integridad o sus valores democráticos, independiente de sus preferencias políticas.
Ariela Agosin
Presidenta de la Comunidad Judía de Chile