Los riñones son los órganos encargados de limpiar la sangre a través de la eliminación de los residuos que el cuerpo ya no necesita y el exceso de agua, que se desechan por la orina. Los seres humanos poseen dos, los cuales están ubicados a los costados de la columna vertebral a la altura de la cintura.
Cuando estos presentan problemas puede deberse a muchas causas, que en su mayoría no generan dolor lumbar ni manifiestan síntomas, y es en el chequeo o control médico cuando son descubiertas.
“Los problemas renales pueden presentarse de distintas maneras; generalmente, no sentimos ningún tipo de dolor ni otros síntomas, pudiendo estar nuestros riñones en significativo estado de enfermedad antes de presentar molestias”, explica el nefrólogo de Clínica INDISA, Dr. Eduardo Briones.
¿Existen síntomas previos para la detección de problemas en los riñones?
“Pese a la presencia de múltiples síntomas, muchas veces las enfermedades del riñón no presentan señales, esa es la razón por la que el chequeo anual es tan importante a partir de la mayoría de edad. Los controles rutinarios incluyen pruebas de sangre, orina e imagen”, puntualiza el especialista.
Agrega que “es importante saber que dentro de las muchas patologías que pueden llevar a enfermedad renal avanzada con necesidad de diálisis, las más frecuentes son la Diabetes Mellitus y la Hipertensión Arterial, por lo que pacientes con estas condiciones deben realizarse chequeos médicos regularmente”.
Síntomas o signos que pueden llegar a presentarse
Cambios en el comportamiento de presión arterial, con aumento de cifras por sobre los controles habituales.
Aparición de nicturia, que es orinar más de dos veces durante la noche.
Edemas en piernas o generalizados debido a la retención de líquidos.
Sensación de falta de aire (disnea), cansancio o disminución de capacidad física a actividades habituales.
Descompensación de cardiopatías o insuficiencia cardíaca.
Desgano.
Anemización.
Náuseas o vómitos.
Pérdida del apetito.
Cambios en la percepción de gusto, sabor metálico u olor a amoníaco, debido a acumulación de toxinas urémicas.
Baja de peso.
A veces cambios en características de orina, aparición de espuma.
Ocasionalmente molestias lumbares en relación a patologías que obstruyen el flujo de orina, tanto por litiasis urinaria o por enfermedad prostática.
Prurito (picazón de piel) debido a sustancias urémicas tóxicas (en casos de enfermedad renal crónica avanzada).
Eventuales arritmias por alteraciones electrolíticas (en casos de enfermedad renal crónica avanzada).
¿Cómo saber si estoy mal de los riñones?
Es la presencia tardía de los síntomas la razón por la que es importante que los pacientes se encuentren en alerta y se hagan un chequeo médico anual, que incluya la revisión de enfermedades renales, revisión de la presión arterial y exámenes como hemograma, perfil bioquímico, creatinina, orina completa y una imagen, generalmente ecografía de abdomen.
Los antecedentes familiares también son relevantes, dado que si los padres o hermanos han padecido enfermedades renales o han requerido diálisis, aumentan las posibilidades de tener una patología de este tipo.
¿Cómo prevenir los problemas en los riñones?
El funcionamiento de los riñones está integrado junto con el sistema cardíaco y circulatorio general. Por ello, todo lo que afecte negativamente el corazón y los vasos sanguíneos tendrá un efecto perjudicial a nivel renal.
Asimismo, para evitar este tipo de enfermedad, es muy importante llevar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta balanceada, con baja ingesta de hidratos de carbono y de sal; evitar o corregir la obesidad; no consumir tabaco (aumenta el riesgo de infarto cardíaco) y realizar actividad física regularmente.
Es necesario realizarse periódicamente un control médico que asegure tener una presión arterial en rango normal (cifras de presión tomadas en reposo menores a 130/80 mmhg) y una evaluación de la función renal por medio de creatinina plasmática y examen de orina completa, así como conocer o corregir los niveles de colesterol y glucemia, entre otras afecciones que pueden llevar a disminuir la función renal.
Recomendaciones
Limitar el consumo de sal.
Aliméntese saludablemente, incluyendo una dieta rica en frutas y verduras. En general, se recomienda dieta tipo mediterraneo, evitando el consumo exagerado de hidratos de carbono.
Mantener adecuada hidratación, sobre todo en relación a la realización de actividad física.
Evite automedicarse. El consumo sin control de algunos fármacos a través de la automedicación, como los antiinflamatorios de uso libre, es uno de los causantes del daño a los riñones.
Recuerde que para detectar a tiempo y prevenir mayores riesgos de cualquier enfermedad es necesario un control médico y la eventual evaluación de un especialista. En Clínica INDISA, contamos con médicos altamente capacitados y preparados para atender y aclarar tus dudas en todo momento, tanto de manera presencial como virtual.