Ahora la moción del senador Keitel será estudiada por los diputados y diputadas. Durante el debate en Sala, los senadores reflexionaron acerca de la precariedad de los estadios y canchas en general que no están adaptados a personas con problemas de movilidad.
Un categórico respaldo entregó la Sala, al proyecto que busca promover la accesibilidad universal a recintos destinados a la actividad física o deportiva para personas con discapacidad, el que cursa su primer trámite. Esto luego que los congresistas lo aprobaran en general y particular -por unanimidad- en la pasada sesión.
Con este resultado, la propuesta iniciada en moción del senador Sebastián Keitel, será ahora analizada por los diputados y diputadas. En lo sustancial, busca garantizar que, tanto los asistentes como los deportistas con discapacidad, puedan ejercer su derecho al esparcimiento y a practicar su disciplina sin experimentar trabas como la falta de ramplas o baños adaptados a sus necesidades.
En la sesión del martes 9 de julio, el parlamentario explicó el sentido de la propuesta manifestando que “como deportista conocí las dificultades que tienen aquellos que experimentan alguna discapacidad en los estadios o centros deportivos en general (…) Hace unos días me llamó el presidente del Comité Paraolímpico de Chile agradeciendo esta norma y eso habla de la importancia de esta legislación”.
Durante el debate intervinieron los senadores Ricardo Lagos, José Miguel Insulza, Isabel Allende, Sebastián Keitel y Kenneth Pugh.
Todos valoraron la iniciativa que se inspira en cómo se ha ido adaptando la infraestructura educacional pensando en la inclusión de todos los estudiantes. En tal sentido, los parlamentarios reflexionaron acerca de “la precariedad de los recintos deportivos, cuyos accesos resultan complejos también para los adultos mayores, niños y a veces, el público general”.
También se hizo ver la importancia de valorar ciertos lugares emblemáticos como son los museos o sitios donde están emplazadas esculturas de significación nacional, ello a través de la instalación de ramplas y barandas. Así se relató la experiencia de otras naciones como México, donde aquello reviste una preocupación esencial.
En la ocasión, se recordaron otros proyectos pro inclusión pero también se reconoció que “poco se avanza en lo práctico, por ejemplo, en lo laboral donde existe la obligación de las empresas públicas y privadas de contratar un 1% de trabajadores con discapacidad”.