Ayer en el Salón de Honor de la Universidad Católica tuvo lugar un interesante seminario que abordó aspectos profundos y novedosos de uno de los grandes temas país; la modernización de nuestro sistema educativo. De esta manera, Clapes UC invitó a discutir, desde distintas miradas, la Reforma Tributaria, Condonación del CAE y Nuevo Financiamiento estudiantil.
Una audiencia atenta tomó nota de las presentaciones de los panelistas, Víctor Orellana, Subsecretario de Educación Superior; Loreto Cox, profesora de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica y ex asesora del Ministerio de Educación y Camila Miranda, presidenta de la Fundación NODO XXI. Carlos Williamson, profesor titular de la Universidad Católica e investigador principal de Clapes UC dio inició a las presentaciones recordando las palabras del presidente Gabriel Boric en cuanto a terminar con el Crédito con Aval del Estado para quienes no tengan la gratuidad y cómo hoy no es prioridad en los gastos que ha anunciado el Ministerio de Hacienda.
Para Williamson “no hay razones ni de justicia ni judiciales para una condonación universal. Sin embargo, sí hay plazos para resolver casos de sobreendeudamiento”.
Según el experto, es absolutamente inviable una condonación de 10.700 millones de dólares donde el Fisco es acreedor del 57 por ciento (6114 millones de dólares) y los bancos del 43 por ciento (4585 millones de dólares). Un punto clave es la posibilidad de que los estudiantes tanto egresados como desertores logren pagar su deuda. Williamson recordó que “el CAE entre el 2006 y 2012 tuvo una tasa de interés del 6 por ciento y un pago sin techo de cuota fija”, razón por la cual califica de “inabordable” la situación considerando además que “ hay un 20 por ciento de desertores y de egresados que pagan en promedio 150 mil pesos mensuales con deudas muy elevadas, entre 15 y 25 millones de pesos. Un 15 por ciento paga más del 20 por ciento de su ingreso laboral”.
En suma, “el CAE fue una buena idea con un mal diseño y por motivos políticos se postergó su reforma” según el investigador principal de Clapes UC.
Por su parte el Subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, planteó una atractiva agenda de modernización para la educación superior “que se oriente centralmente hacia una movilidad social individual ordenada bajo principios públicos y orientada al desarrollo humano sostenible”.
Apostando por un cambio al actual sistema de crédito hacia uno que considere un nuevo instrumento de financiamiento público junto con la libre elección. Asimismo, desde el Gobierno se propone “compensar gradualmente a quienes tienen menor ingreso y mayor carga financiera”.
Una visión similar, aunque más amplia entregó la investigadora y presidenta de NODO XXI, Camila Miranda “Es fundamental para el país plantearse una revisión del sistema de educación superior”, sostuvo tras un análisis que concluye que “se llega a niveles altos de cobertura, comparado con países desarrollados, pero a través de un mercado que poco aporta en calidad y que además profundiza la segregación”. Miranda hizo hincapié en el saldo de la deuda total del CAE para el Fisco, el que alcanzaría 6,3 billones de pesos a diciembre del 2022. Por eso terminar con él es una oportunidad de reorganizar el sistema pensando en los desafíos actuales y que el financiamiento apunte a aportes basales dejando a la banca fuera.
Demasiados años estudiando carreras demasiado largas y demasiado caras y un número demasiado elevado de alumnos que desertan, es el diagnóstico que hace Loreto Cox, desde la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica haciendo, con cifras y estudios en mano, un llamado a rediseñar el sistema en su conjunto incluido su método de financiamiento. A esto suma la segregación según nivel socioeconómico y, según dijo, que gastamos mucho en educación superior: “entre el 2,5 y el 3 por ciento del PIB”.
Los invitamos a revisar cada una de las presentaciones y la conversación que se dio entre panelistas y el público presente en el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=GwY5kYRgm-A