El Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) es una estimación que resume la actividad de los distintos sectores de la economía en un determinado mes, a precios del año anterior; su variación interanual constituye una aproximación de la evolución del PIB. El cálculo de este índice se basa en múltiples indicadores de oferta que son ponderados por la participación de las actividades económicas dentro del PIB en el año anterior.
El Imacec de marzo alcanzó el 2,1%, la mayor contracción desde noviembre de 2022 que puede indicar, por un lado, una recesión técnica y por otro, que la política monetaria con elevadas tasas de interés no han tenido el efecto que se esperaba.
Las cifras dadas a conocer por el Banco Central (BC), marcadas por la baja de 8,5% de la minería y del 5,4 por ciento del comercio, estaban dentro de lo esperado, sostienen los expertos. “Es un escenario complejo, ya que se están cumpliendo las expectativas económicas de inicios de año, sobre la recesión de la economía chilena. Es un año de ajuste al proceso de estímulo durante la pandemia, con el IFE más los retiros de fondos de las AFP. Las cifras de desaceleración registradas por el Imacec y también de aumento del desempleo dadas por el INE en los últimos meses, confirman la tendencia”, apunta el economista y docente de la Escuela de Ciencias Sociales, Pablo Peña.
El Gobierno descartó que el país haya ingresado a una recesión técnica pese a la alerta de dos trimestres consecutivos de bajas en la actividad económica. Para Peña, por la crisis de este año, las opciones de estímulo directo, es decir, bonos o ayudas económicas, por parte del Estado, “están bastante reducidas porque el Gobierno ha gastado mucho durante los últimos años y, además, lo ha hecho en contra de deuda pública de mediano plazo por lo que no hay gran margen presupuestario en la actualidad para ayudas directas. La principal ayuda sería un apoyo fuerte al sector empresarial y particularmente a la pequeña y mediana empresa y poner énfasis en los mecanismos de recuperación y protección de empleo”.
La recomendación para los distintos segmentos ante la situación económica depende del caso. Para Pablo Peña, se aconseja a quienes tienen mayores ingresos optimizar la inversión y aprovechar el momento para la capacitación y proyectos a mediano plazo. Para las familias de menores ingresos se sugiere proteger el empleo y planificar gastos, especialmente apoyando a pequeñas empresas y economías locales.
“Es fundamental trabajar en todas las estrategias que permitan optimizar el presupuesto familiar mensual y que también permitan, por otro lado, estimular a las economías locales. Esto sobre todo en regiones, donde esos circuitos son más frágiles e inciden de forma directa sobre las personas que no viven en grandes ciudades. Evidentemente que para el sector empresarial el llamado es a la inversión y ello también lleva el análisis nuevamente a las políticas públicas, los incentivos que se establezcan por parte de la autoridad y de modo más general a la colaboración entre el gobierno y los distintos sectores productivos”, finaliza el economista UOH.