Un convenio de apoyo técnico y desarrollo de iniciativas para la utilización de la escoria de cobre, firmaron representantes de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y Codelco-Ventanas. El acuerdo permitirá el uso de este material en la fabricación de diversos productos, como losetas, ladrillos y mobiliario urbano, en directo beneficio de los habitantes de las comunidades cercanas.
El objetivo de esta acción de economía circular es utilizar el silicato de hierro, material generado en el proceso de fundición de concentrados de cobre, que en Chile es considerado -en la actualidad- como residuo minero masivo, y que es ampliamente ocupado en el extranjero para diversos fines.
Este proyecto -a cargo de la Escuela de Ingeniería Química y el Centro Minero de la PUCV- replica una experiencia similar llevada adelante en la Fundición Chagres de la empresa Anglo American. El piloto utiliza este pasivo ambiental, acumulado durante 60 años, en el desarrollo junto a emprendedores locales de diversos materiales, que por ejemplo, puedan reemplazar a los áridos con un menor impacto ambiental.
De acuerdo a la vicerrectora (s) de Vinculación con el Medio de la PUCV, Jacqueline Páez, “el poder unir dos grandes instituciones en virtud de satisfacer las necesidades de la comunidad, es un importante avance, es algo que, como universidad, tenemos como factor misional”. Agregó que “la casa de estudios posee la capacidad de acompañar estos procesos con los académicos, capital humano avanzado, la investigación científica y la experiencia que ha desarrollado el Centro de Minería y los profesores de la escuela de Ingeniería Química”.
La autoridad sostuvo que llevar adelante este programa piloto y dar respuestas a las necesidades de la comunidad es “tremendamente vital e importante y nuestra universidad centenaria y de máxima acreditación, debe estar en la solución de los problemas del territorio”.
Por su parte, la gerenta de Sustentabilidad y Asuntos Externos de Codelco Ventanas, Marcela Pantoja, precisó que este convenio firmado junto a la PUCV, es el resultado de un trabajo de mucha convicción. “Estamos contentos de materializar esta iniciativa con la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Aportamos, a través de la casa de estudios, a la innovación y a la transformación de un pasivo ambiental, como es la escoria, a un subproducto que puede integrar diferentes materiales para la construcción”.
El director de la escuela de Ingeniería Química de la PUCV, Carlos Carlesi, afirmó que “esta iniciativa tiene por objeto probar y validar el uso del material que se ha acumulado”. Agregó que el convenio permitirá extender diversos beneficios a los habitantes de Quintero y Puchuncaví. Sostuvo que el tratamiento al material es sencillo y no implica procesos productivos y químicos. “La escoria se clasifica, para algunas aplicaciones hay que chancarlo y puede reemplazar a la gravilla, sin embargo es más denso y pesado y otorga firmeza a los materiales destinados a mobiliario urbano”.
Por su parte, el académico Jaime Morales, director del Centro de Minería de la PUCV, resaltó que en este trabajo colaborativo se involucrarán también empresas de la zona. “Nosotros aportamos con el apoyo teórico y técnico sobre la utilización del material. Debemos retirar 10 toneladas de escoria, la que será conducida a una empresa para la construcción de los materiales de acuerdo a los requerimientos de Codelco Ventanas”, afirmó.
REACCIONES DE LA COMUNIDAD
Víctor Manuel Azócar, presidente de la Unión Comunal Urbana de Quintero, junto con valorar el papel que juega la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en el proceso, indicó que el acuerdo “es beneficioso en muchos aspectos, ya que la escoria tendrá un uso indispensable para la zona”.