Experto advirtió que parte de los actuales problemas de aprendizaje del sistema escolar estarían asociados a la baja motivación de los jóvenes con las actividades en el aula.
Para que un estudiante logre un buen rendimiento académico, no necesariamente depende de sus capacidades u oportunidades, sino también influye su motivación por aprender.
Así lo explicó el académico de la Universidad Católica del Maule (UCM) e investigador principal del Núcleo milenio para la ciencia del aprendizaje (MiNSoL), Jorge Valenzuela.
“La motivación es la fuerza o energía que nos hace iniciar, mantener y orientar una tarea concreta. Muchos estudiantes van a la escuela por distintos motivos, por ejemplo, para encontrarse con sus amigos, pero no necesariamente porque quieran aprender lo que el Colegio les quiere enseñar”, indicó.
El especialista consideró que en la actualidad en el sistema educativo existen problemas serios de aprendizaje y, parte de ellos, podrían estar asociados a que no se han implementado estrategias para asegurar la motivación en el proceso de aprendizaje.
“Mi impresión es que hemos destinado mucho esfuerzo en mejorar las prácticas y diseños didácticos, pero todo ese esfuerzo recae en el profesor como individuo y no tomamos en cuenta de lo que está pasando con los estudiantes”, subrayó.
“¿Por qué un alumno querría activar sus recursos cognitivos, su atención y memoria, para aprender? ¿Qué sentido tiene para ellos involucrarse en esta actividad de aprendizaje? Nosotros los adultos tenemos miles de buenas razones para ello. Pero lo crucial es que el joven quiera aprender, que tenga motivos para hacerlo, no solo para pasar el curso, sino para integrar esos conocimientos a su acervo y ser una mejor versión de si mismo”, añadió el académico de la UCM.
Al ser consultado si la actual era digital, que ha generado la sobreestimulación de que todo debe ser inmediato, impacta negativamente en el incentivo al aprendizaje, recalcó que “el mundo digital no es un problema, sino una herramienta. A mi juicio, el principal problema no son las nuevas tecnologías sino el sentido y valoración que tienen los estudiantes de la actividad escolar”.
Consejos
El especialista indicó que lo principal que deben entender padres y maestros es que estar motivado por aprender no es lo mismo que estar entretenido. «Las actividades entretenidas son agradables y deseables, pero lo que necesitamos es que los jóvenes quieran aprender».
«La evidencia científica muestra que nos comprometemos mejor y obtenemos mejores resultados si la actividad escolar tiene un vínculo con el proyecto personal de cada uno. Lo importante es que lo que aprendemos tenga sentido y de alguna manera se conecte con quien quiero ser”, detalló.
“Lo realmente importante es que podamos ayudar a los estudiantes a soñarse a ellos mismos y mostrarles que aprendiendo matemática, historia, ciencias y cualquier otra disciplina, pueden ser una mejor versión de si mismos», añadió Valenzuela.
Si bien pareciera complejo introducir innovaciones en el aula, el académico del MiNSoL sostuvo que ello es lo que finalmente hará que el estudiante se pueda apropiar del conocimiento y la herencia cultural de nuestra sociedad.