Filarmónica Inclusiva: sonidos y estimulación que ayuda a niñas y niños a incorporarse al mundo

27 septiembre, 2024

En Coquimbo, y gracias al financiamiento del el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de su Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, la Fundación Filarmónica de esta ciudad puerto está enseñando música y sembrando esperanza y oportunidades en la vida de niños y niñas.

«Ver a mis hijos participar en la música es emocionante, para llorar», cuenta Claudio Galleguillos Bonilla, padre de dos estudiantes que integran algunos elencos de la Fundación Filarmónica de Coquimbo. Para esta familia, oriunda de la Parte Alta de la ciudad puerto, la música no es solo un pasatiempo: es una oportunidad para compartir, crecer y conectar con sus hijos de una manera profunda y significativa.

Esta experiencia refleja el esfuerzo y compromiso de la Fundación Filarmónica de Coquimbo, una organización que, a través de la música, transforma las vidas de niños y jóvenes de entornos vulnerables, iniciativa que cuenta con el financiamiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través de su Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras.

El poder del arte en el crecimiento infantil

Quimey, de 12 años, es una de las hijas de Claudio. Toca la flauta traversa en la Banda Filarmónica Municipal, mientras que Madhava, de 8 años, es parte de la Orquesta Infantil tocando el violín. «Venimos de una familia de músicos, pero nosotros tocábamos música tradicional, folclórica. Ver a mis hijos estudiar la música de manera técnica, en una orquesta, es algo que jamás pensé que viviríamos. Compartir conciertos juntos y hablar de música nos une aún más como familia», relata, emocionado.

En tanto, Paula Valderrama, es madre de Milagros, una niña que forma parte de Semilla Filarmónica. Paula es jefa técnico-terapéutica de Centro Fortezza (corporación sin fines de lucro que trabaja con personas en situación de discapacidad) y comparte una experiencia similar. «Para nosotros, como familia, ha sido maravillosa esta oportunidad musical. Mi hija se levanta esperando el sábado para ir a Semilla. Participar en este programa no solo ha potenciado su creatividad, sino que también ha fortalecido su confianza y sus habilidades sociales», explica Paula, quien también es integrante del Coro Mayor de la Fundación.

Como relata, los sábados se han convertido en un día especial: Paula, su esposo, y su hijo mayor también son parte del coro, lo que les permite pasar tiempo de calidad juntos, inmersos en el mundo de la música. «Nos ha unido más como familia, compartimos la música de una manera que jamás imaginamos. Ver a Milagros tan feliz y participativa en las presentaciones es algo que nos llena de orgullo», añade Paula.

Un espacio para todos y todas

La Fundación Filarmónica de Coquimbo no solo se enfoca en la formación musical, sino que también busca crear un espacio inclusivo y de pertenencia para los niños. «El círculo de la fundación es uno de los espacios más saludables y enriquecedores para mis hijos. Todos los niños que participan están entusiasmados y esperan con ansias los ensayos del fin de semana. Se ha creado una verdadera familia», expresa Claudio Galleguillos.

De esta forma, y en este entorno, los niños no solo aprenden música, también desarrollan habilidades importantes como la disciplina, el trabajo en equipo y la sensibilidad. «A mi hija la música le ha ayudado a ser más disciplinada, a concentrarse y a organizar su tiempo de una manera que antes no tenía», afirma Claudio, destacando cómo el arte complementa la educación y el desarrollo personal de su hija.

Paula, por su parte, subraya que la música ha sido fundamental en el crecimiento emocional de Milagros: «Ella interactúa más con otros niños y adultos, algo que antes le costaba. Se ha mostrado más alegre y participativa, y la música ha sido clave en este cambio».

Llevando la música a más niños y niñas

Tanto Paula como Claudio coinciden en que estas oportunidades deberían llegar a más niños y niñas, especialmente a aquellos en situaciones de vulnerabilidad. «Nosotros llegamos a Semilla gracias a una publicación en redes sociales. Creo que es necesario ampliar la difusión para que más familias, especialmente aquellas que no tienen acceso a estas experiencias, puedan beneficiarse del trabajo que realiza la Fundación», comenta Paula, reafirmando la importancia de que la música y el arte esté al alcance de todas las comunidades.

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