Luego del premiado montaje Demonios, el director regresa con otra obra del destacado dramaturgo sueco. FRAGMENTOS es un relato coral sobre un grupo de outsiders en una gran ciudad, que se presentará en Matucana 100 del 5 al 21 de abril.
A partir del encuentro de un cadáver en un parque público, distintos personajes se unirán en un relato común de supervivencia y redención. Esa es la propuesta de FRAGMENTOS, obra con dramaturgia de Lars Norén y puesta en escena de Marcos Guzmán, galardonado director de Fabulación (2003) y Demonios (2016).
La misma se presentará en Matucana 100, del 5 al 21 de abril, con funciones de miércoles a sábado a las 20:00 horas y domingos a las 19:00. Proyecto financiado por el Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, Convocatoria 2021, Fondo de Emergencia Transitorio.
El relato coral reúne a una pareja de hermanos enfrentados a un padre abusador que vuelve a casa, una migrante con su madre en un hospital público, un joven adicto encerrado en un closet. Estas son algunas de las historias de personajes que recorren las calles de una ciudad en crisis, hipnótica y violenta, con historias de terror, precariedad y furia.
“Norén ha escrito esta dramaturgia apostando por una suerte de realismo social extremo, que opera como un cuchillo afilado que disecciona nuestra realidad. Esta obra expone de una manera contemporánea, esta sensación de hastío, desilusión y extravío que sentimos al mirar el paisaje social”, explica Marcos Guzmán.
El elenco lo componen Francisca Márquez, Verónica Medel, Luciano Reinoso y Guilherme Sepúlveda, quienes dan vida a personajes heterogéneos, que cruzan distintas edades, géneros y nacionalidades, involucrados en situaciones tan reconocibles en la propia realidad, pero descritas de una manera lúcida y aguda, en donde la realidad se nos muestra en todo su poder de fascinación y horror, con imágenes conmovedoras, otras delirantes, llenas de humor negro, y siempre alejada de cualquier moral y lugar común.
“FRAGMENTOS nos permite, como creadoras y creadores, proyectar ciertas estrategias y procedimientos escénicos que permitan dar cuerpo e imagen a estos ejes fundacionales del relato. Poder problematizar la idea de la violencia en lo contemporáneo y reconocer los gestos de esa ciudad invisible y subterránea”, agrega Guzmán.