Las investigaciones abarcan desde la hipoxia en los salmones del Atlántico hasta la utilización de magnesio en implantes cardíacos.
Un total de 10 proyectos Fondecyt Post Doctoral son los que lograron adjudicarse los investigadores e investigadoras que cuentan con el patrocinio de algún experto o experta de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Los temas a investigar van desde la utilización de magnesio en implantes cardíacos, pasando por la hipoxia en el salmón del Atlántico, hasta la geografía histórica de los paisajes mineros.
Al respecto, el vicerrector de Investigación, Creación e Innovación de la PUCV, Luis Mercado señaló que “los proyectos Fondecyt Postdoctoral son un primer nivel de introducción a la investigación de buena calidad que existe en los programas Fondecyt. Los estudiantes una vez que terminan su doctorado pueden comenzar a trabajar en estos postdoc. La Universidad históricamente ha tenido un número apreciable de proyectos adjudicados, favoreciendo tanto a egresados de nuestros programas de doctorado como de otras universidades”.
El vicerrector agregó que “adjudicar estos proyectos habla de la capacidad que tienen nuestros doctores e investigadores con mayor trayectoria para atraer el interés de un postdoc y trabajar en la PUCV”.
INVESTIGADORES DIERON A CONOCER PROYECTOS
En cuanto a los proyectos adjudicados, uno es el de Nicolás Salinas, el que tiene por nombre “Tolerancia a la hipoxia en salmón del Atlántico: Caracterización sanguínea de familias tolerantes y susceptibles a la hipoxia”. El investigador señaló que “estoy muy emocionado de comenzar a trabajar en este proyecto, el que podrá tener una aplicabilidad directa en la salud del animal, constituyendo esta una nueva etapa que me permita continuar creciendo en el ámbito profesional. Además, aprovechó la instancia para expresar mi sincero agradecimiento a la PUCV por confiar en mí y patrocinar mi postulación”.
En cuanto al proyecto, señaló que “el avance de la tecnología y el consumo incontrolado de los recursos por parte de los humanos ha conllevado a una disminución del O2 disuelto (DO) en los océanos, surgiendo las denominadas zonas mínimas de O2, ubicándose una de estas en la región de los Lagos (Chile)”.
Salinas agregó que “frente a una condición de hipoxia, los peces responden con una batería de respuestas fisiológicas, de comportamiento, bioquímicas y moleculares que apuntan a incrementar la captación de O2 o limitar las consecuencias potencialmente devastadoras de una limitación de los niveles de O2 en el tejido. Una disminución en los niveles de O2 se encuentra asociado a una activación del metabolismo anaeróbico, incrementando la concentración de lactato, lo que podría ser tóxico para el pez. Sin embargo, estudios han demostrado que en Salmo salar, las diferentes familias pueden poseer diferentes niveles de tolerancia a una condición de estrés por hipoxia, pudiendo ser esta tolerancia incluso entrenada”.
Por su parte, Cecilia Montero, quien lidera la investigación “Nuevas perspectivas en la modificación superficial para implantes cardiacos temporales de magnesio”, señaló que “estoy muy contenta de adjudicarme este proyecto y poder seguir contribuyendo al desarrollo de la ciencia chilena y a mejorar la calidad de vida de las personas, siendo este último mi principal objetivo cuando entré a estudiar física”.
En cuanto a su proyecto, añadió que “las enfermedades del sistema cardiocirculatorio fueron la principal causa de muerte en Chile en el año 2022, representando un 23.13% de las muertes totales del país. El uso de stent cardiacos (dispositivos que se colocan en las arterias coronarias para evitar que se obstruyan) se ha extendido en todo el mundo y el estudio de los materiales para éstos han aumentado en los últimos años. Para fabricar stent cardiacos se han utilizado diversos materiales, como acero inoxidable, stent poliméricos, zinc, y magnesio. Este último material resulta prometedor, debido a que el magnesio es vital para el desarrollo de funciones en el cuerpo humano. El problema del magnesio es su alta tasa de degradación”.
Montero agregó que “para lo anterior se propone recubrir el sustrato metálico con un recubrimiento polimérico biocompatible, luego de aplicar un tratamiento superficial de plasma y así estudiar la interacción entre el metal y el recubrimiento, con el fin de mejorar la adherencia del recubrimiento. La adhesión entre el recubrimiento y el metal es clave para controlar el tiempo de degradación del material en conjunto para que el stent pueda lograr su objetivo antes de que el cuerpo lo absorba”, concluyó.