Por Movimiento «No al tráfico de residuos tóxicos»
En el dinámico tablero político y ecológico de Chile, la ministra Maisa Rojas se ha convertido en una figura polarizante. Su llegada al ministerio despertó grandes expectativas por su prometedor plan de acción para la sostenibilidad ambiental. Sin embargo, su gestión ha estado marcada por controversias que han encendido un acalorado debate sobre la efectividad y consistencia de su liderazgo.
La ministra Maisa Rojas asumió el desafío de transformar el Sistema de Evaluación Ambiental (SEIA) y de promover la Ley de Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), dos pilares clave para la preservación de la riqueza natural y la inclusión social en la toma de decisiones ambientales. A pesar de su visión, estos proyectos han enfrentado resistencias que han cuestionado la determinación y estrategia de la ministra.
Como todos los años se discute el presupuesto de la nación para poder ejecutar los gastos por parte del Gobierno para el año entrante. Sin embargo este año hubo dos ministerios que estuvieron a un solo voto de ser rechazados. Educación y Medio ambiente, lo grave de este último es que mientras se discutía el presupuesto de su ministerio, la ministra Maisa Rojas no estaba en el congreso junto al ministro Marcel defendiendo su partida, sino que de viaje en la Antártida. Entendiendo poco y nada que su ministerio estaba en juego, ya que se podría haber quedado sin presupuesto para el 2024. Al parecer la Ministra Rojas optó por preferir su agenda personal por sobre la institucional, dejándola como la gran derrotada en la discusión de presupuesto 2024.
Han sido muchas las críticas a la ministra por su pésimo rol como articuladora en términos de permisos y su aún peor labor de poner freno y trabas a la reactivación económica.
Es más, en una intervención hecha por el senador Insulza, acusa de que el propio ministerio estaría por la aprobación de exportar residuos peligrosos fuera de nuestro país, lo que no se explica, ya que, si no está activando proyectos de inversión económica, es porque debiese estar protegiendo al medio ambiente y en este caso está haciendo todo lo contrario.
Otro punto a rescatar es la baja aprobación que tiene la ministra en las comisiones, de hecho, si se ven las votaciones en ambas cámaras, los parlamentarios de su comisión no la apoyaron en su partida presupuestaria. En la Cámara de Diputados, La partida fue rechazada con la negativa de la oposición y también de los diputados Jaime Araya (IND-PPD), Héctor Ulloa (IND-PPD) y Cristián Tapia (IND-PPD); y la abstención de la jefa de la bancada del PPD, Marta González y la legisladora Consuelo Veloso (IND-FA).
En caso del Sistema de Evaluación Ambiental (SEIA) Uno de los más críticos ha sido el subjefe de la bancada de independientes PPD, Jaime Araya, que explicita que no ha existido trabajo pre legislativo. “Hay varias ideas que me hubiese gustado plantear, pero no he tenido el espacio para hacerlo”, comenta. Lo anterior también fue ratificado en su minuto por el jefe de la bancada DC, Eric Aedo “La tramitación (del proyecto) va a ser compleja porque si nos vamos a ir enterando por comunicados de prensa y no haciendo trabajo pre legislativo y no conversando con las bancadas, no veo cómo van a sacar adelante el proyecto”. El diputado del PS, Daniel Melo, ve que es un error que el Gobierno se embarque en una reforma a la ley 19.300, “que flexibiliza los estándares ambientales”, dijo en su momento.
Otro tema es el de la «Permisología» donde Diputados critican la «desconexión» del ministerio. Eric Aedo (DC) señaló que «la Cámara de Diputados dio una señal muy clara al Gobierno y al Ministerio de Medio Ambiente que no estamos contentos con lo que sucede con el Ministerio en la inversión nacional y su expresión también en cada una de las regiones. Me parece que uno no puede anteponer su propia ideología medioambiental por sobre el bien común del país. Ninguno de nosotros está diciendo que no se cumpla con la ley medioambiental, queremos que se cumpla con la ley, pero que no se vaya más allá de la ley y que seas capaz también de ponderar las cosas»
Jaime Araya (IND-PPD), dijo que «nuestro país no está creciendo hace muchos años, y para volver a crecer, muchas empresas y grandes proyectos necesitan certezas. Y aquí lo que no puede haber es que producto de esta falta de inversión, se quiera extender un cheque en blanco en la evaluación ambiental y no haya un adecuado equilibrio entre lo que es el desarrollo, el crecimiento, el progreso, con el respeto al medio ambiente».
Por su parte, el diputado Francisco Pulgar (IND) argumentó su voto en contra por «la falta de institucionalidad para la evaluación ambiental de los distintos proyectos». A su juicio, la consulta ciudadana es de cartón» y «no tenemos institucionalidad en este país para que se fiscalice».
La reforma del SEIA ha sido especialmente controvertida. A pesar de las promesas de agilizar y transparentar el proceso, las críticas apuntan a un incremento en la burocracia y una falta de claridad que podría desmotivar tanto a comunidades locales como a inversores.
Por otro lado, la Ley de Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), ha generado preocupación en la industria salmonera, temerosa de las limitaciones a nuevas concesiones en zonas protegidas y de las repercusiones en su producción. Fidel Espinoza (PS), quien advirtió que la región más afectada con el oficio del Ministerio del Medio Ambiente es Aysén, destacando que este puede provocar impactos brutales en la actividad salmonera. El diputado UDI, Sergio Bobadilla, sostuvo que la indicación del Ejecutivo buscaba controlar la operación de empresas salmoneras en reservas nacionales, poniendo en peligro la actividad de esta industria. La diputada independiente que integra el comité PPD, Camila Musante, valoró el proyecto despachado a ley, pero advirtió que deja fuera a algunos tipos de humedales en su marco de protección.
Otra arista es la administración de proyectos mineros emblemáticos, como Dominga y Los Bronces, ha expuesto la fricción entre el crecimiento económico y la conservación ambiental. La defensa de Rojas ante las decisiones tomadas ha sido recibida con escepticismo, especialmente por aquellos que ven una discrepancia entre su retórica pasada como activista y sus acciones actuales en el gobierno.
Pescadores de La Higuera -comuna que acogería a Dominga- le exigieron inhabilitarse por haber dicho públicamente, en el pasado, que el avance de la iniciativa «no es una buena noticia» y que «hay que lograr que el desarrollo no siga destruyendo nuestra naturaleza». A lo que la ministra, sobre sus antiguas críticas a Dominga comentó «No tenía los antecedentes para hacer ningún análisis» lo que la deja muy mal parada sobre su capacidad y profesionalismo.
Con respecto a los Bronces, Recordemos que, en mayo de 2022, el Servicio de Evaluación Ambiental ya había rechazado este proyecto, debido a que, en ese momento, “no se pudo descartar riesgo a la salud de la población” y que el 17 de abril fue aprobada por el consejo de ministros liderados por Rojas. En su momento el alcalde de Lo Barnechea Cristóbal Lira comentó tras aprobación de Los Bronces: «Aquí hay una voltereta importante» “Lo que yo me pregunto es cómo habrían reaccionado quienes hoy son Gobierno si este proyecto hubiera sido aprobado por el Comité de Ministros del gobierno del expresidente Piñera”, precisó el alcalde.
La crítica más reciente proviene del diputado Sebastián Videla, quien ha cuestionado la ausencia de Rojas en reuniones cruciales y ha expresado preocupación por posibles cambios en la normativa que regula el tráfico transfronterizo de desechos peligrosos. Este tema es especialmente delicado, ya que conlleva riesgos para la salud pública y la integridad de los ecosistemas nacionales, y de los cuales otros, como la diputada Marisela Santibáñez, ya han alzado la voz.
La gestión de la ministra Maisa Rojas ha generado una serie de cuestionamientos y desconfianzas tanto en el ámbito político como en el social y económico. Su rol como líder ambiental ha sido puesto en duda por sus decisiones contradictorias, su falta de comunicación y coordinación, y su ausencia en momentos clave. Su plan de acción para la sostenibilidad ambiental se ha visto obstaculizado por resistencias internas y externas, que han evidenciado la complejidad de conciliar el desarrollo y la conservación. Su futuro al frente del ministerio parece incierto, y dependerá de su capacidad de recuperar el apoyo y la credibilidad que ha perdido.