En entrevista, el decano de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, Claudio Fredes, junto al académico de la Escuela de Ingeniería en Recursos Naturales de la Universidad Católica del Maule (UCM), José Neira, explicaron los diversos factores y consecuencias de las inundaciones producidas en zonas urbanas durante junio y agosto del 2023 y a la vez se refirieron al impacto que el fenómeno climático tiene en la agricultura.
¿Qué factores geográficos y climáticos contribuyen al incremento de los riesgos de inundación en la región centro sur de Chile y cómo se relacionan con la expansión de los cauces de agua?
Las inundaciones se definen como un rápido ascenso en el nivel del agua, provocando caudales inusuales que cubren terrenos que anteriormente estaban secos (ONEMI, 2021). Si bien existen distintos tipos de inundaciones, este evento correspondió específicamente a inundaciones fluviales, las que suceden debido a crecidas donde el río sobrepasa su cauce habitual y entra en conflicto con la población que ocupa la llanura de inundación. Un estudio de las inundaciones en el territorio nacional de Rojas et al. (2012) plantea que la zona mediterránea comprendida entre los 32° – 38° S las inundaciones se relacionan con la ocurrencia de sistemas frontales fríos y cálidos y que son intensificados durante el fenómeno de “El Niño-Oscilación Sur (ENOS)” (comúnmente llamado “El niño”) cálido hasta el río Cautín (38° S). En las cuencas andinas de esta zona, los sistemas frontales cálidos causan ascenso de la isoterma cero (línea divisoria de la forma de precipitación sea lluvia o nieve), proceso que en consecuencia incrementa el área aportante de precipitaciones en su forma líquida provocando inundaciones violentas. En tanto, en las cuencas costeras, los sistemas frontales fríos producen intensas precipitaciones, que derivan en inundaciones con efectos.
¿Cuáles son las implicancias económicas y sociales de permitir el desarrollo urbano en áreas propensas a inundaciones, considerando el potencial daño a las construcciones y la infraestructura existente?
Los efectos ambientales de las inundaciones acaecidas en Chile se traducen en costos millonarios para el Estado y en un deterioro de la calidad y nivel de vida de la población. El efecto más común corresponde a daños en la vivienda; la cual se produce en promedio en dos tercios de los efectos de inundaciones analizadas en el período 1574-2012, su alta prevalencia, es coherente con el emplazamiento de la población en áreas aledañas a los cauces fluviales de Chile. El evento producido en junio del presente año genero una estimación de US$290 millones en pérdidas para el rubro agrícola (fuente diario financiero), mientras la crisis actual se estima en 400 millones de dólares en pérdidas (fuente América economía). En resumen, el costo de las últimas inundaciones alcanzaría aproximadamente los 690 millones de dólares, entre ambas.
En el caso las implicancias sociales se generan alto impacto en la población afectada, quienes observan como su patrimonio es afectado por fenómenos climáticos sobre los cuales no tiene ningún control o injerencia; a lo largo genera una mezcla de emociones como la pena, frustración, impotencia y rabia. Esta sensación se ve, la crisis no solo se ve extendida en el tiempo si las ayudas no llegan o si el problema implica la pérdida total de los bienes.
¿Cuál es el impacto directo de las inundaciones causadas por el crecimiento de cauces de agua en la zona centro sur de Chile en la producción agrícola, y cómo influyen en la disponibilidad de alimentos a nivel local y nacional?
Los suelos con usos agrícola y ganadero suelen ubicarse en zonas que estuvieron anteriormente inundados de forma natural o zonas cercanas donde tanto intervención de la agricultura como la ganadería hicieron que estos se secaran. Considerando los distintos tipos de inundación y sus causas estas zonas tienden a recuperarse cuando existen altos volúmenes de precipitaciones, provocando inundaciones y las pérdidas que estas conllevan. Además del alto volumen de precipitaciones, existe evidencia que relaciona la deforestación de vegetación natural y su posterior transformación a tierras agrícolas con el aumento en las tasas de inundaciones, esto debido a un incremento en la erosión del suelo producto de que la capa vegetacional protege al suelo del impacto de la lluvia y mejora la sujeción de este por medio de las raíces, además mejora la infiltración, que disminuye la escorrentía superficial (que finalmente se asocia las inundaciones).
Específicamente a nivel agrícola, las inundaciones pueden dejar una capa de sedimento que impermeabiliza el terreno y dificulta su manejo, riego en verano y labranza. Además, hay raíces de ciertas plantas agrícolas que resisten muy mal mucha agua, se asfixian por falta de oxígeno. Esto requiere manejos extras que le añaden costos a la producción, que podrán enfrentarlos bien o mal, según la rentabilidad del cultivo que se trate.
Considerando la importancia de las exportaciones agrícolas en la economía chilena, ¿cómo podrían verse afectadas las cadenas de suministro y la competitividad internacional del país debido a las inundaciones en zonas agrícolas clave?
En la medida que estás ocurren durante el invierno, no se ve mucha afectación directa, comparado con el caso de que ocurriera en plena época productiva. Con todo, indirectamente hay un costo de drenaje que es necesario realizar en el mejor de los casos, pero en el peor de los casos puede haber pérdidas de infraestructura que conlleva un costo extra, claro que esto afecta la competitividad.
¿Qué estrategias de adaptación y resiliencia deberían implementar los agricultores en la zona centro sur de Chile para minimizar los riesgos de pérdida de cultivos y reducir la volatilidad en la producción, considerando la amenaza de inundaciones recurrentes?
Tomar un seguro agrícola es la mejor forma de enfrentar el problema. Es un seguro de riesgo múltiple que cubre contra fenómenos climáticos, permitiéndole al agricultor recuperar el capital de trabajo invertido en el cultivo asegurado, en caso de que resulte dañado por alguno de los fenómenos climáticos cubiertos por la póliza, logrando una mayor estabilidad económica y mejorando su calidad como sujeto de crédito.
Se puede asegurar desde las regiones de Coquimbo a Los Lagos, incluidos los valles de: Azapa, Lluta y Chaca (región de Arica y Parinacota); Valles de Vallenar y Copiapó (región de Atacama) y algunos sectores de las comunas de Camiña, Huara, Colchane, Pica, y Pozo Almonte en la Región de Tarapacá; y valles de Vallenar y Copiapó en la Región de Atacama.
En términos de políticas gubernamentales y regulaciones, ¿cómo podría fomentarse la agricultura sostenible y la protección contra inundaciones en armonía, especialmente en regiones propensas a estos eventos, para salvaguardar tanto la producción agrícola como el medio ambiente?
El seguro agrícola con subsidio del Estado en una buena opción preventiva, pero más sistémica es un ordenamiento territorial. Claramente la Política Nacional de Ordenamiento Territorial (Decreto 469 aprueba política nacional de ordenamiento territorial, Ministerio del Interior y Seguridad Pública; SUBSECRETARÍA del Interior) tiene problemas que saltan a la vista porque no se está cumpliendo la función de este. En teoría el ordenamiento territorial es una herramienta o una ciencia interdisciplinaria que gestiona los espacios geográficos para favorecer el desarrollo sustentable teniendo en cuenta los factores sociales, económicos y ambientales. El ordenamiento territorial planea los usos adecuados de un determinado espacio, según la mayor o menor aptitud de los diferentes elementos constitutivos de este. Las políticas públicas, la participación de la sociedad, la coordinación de las demandas sectoriales y la orientación de las inversiones deben estar alineadas al ordenamiento territorial. Parecería estamos lejos de esto.
Tomando en cuenta la interconexión entre la producción agrícola y otros sectores económicos en Chile, como el turismo y la industria alimentaria, ¿cómo podrían las inundaciones influir en cascada en la economía nacional y cuál es el papel de la planificación integral en la mitigación de estos efectos?
Primero debemos pensar que estos eventos son difíciles de controlar, y que el cambio climático está potenciando eventos climáticos extremos en todo el mundo. Dicho lo anterior debemos adaptarnos a esta nueva realidad con un nuevo marco regulatorio que permita prevenir y enfrentar estos fenómenos de mejor manera. Es por eso que actualmente existe la ley de cambio climático que entrega lineamientos respecto a que debemos hacer desde el punto de vista ambiental y las actividades económicas que allí se llevan a cabo, sin embargo, existe un problema desde cómo llevamos a cabo las planificaciones o como fiscalizamos el fiel cumplimiento a la ley. Por otro lado, se hace necesario comunicar a todos de mejor manera a que nos estamos enfrentando y cuál es el rol que debemos cumplir como sociedad.
“Las opiniones vertidas en esta entrevista son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.