- Retardar el uso de redes sociales y limitar el tiempo de uso de pantallas son dos de las sugerencias para evitar los efectos negativos que estas tecnologías pueden generar en los menores de edad.
- De acuerdo a la académica de la Universidad de Talca, Rosario Spencer Contreras, los padres deben mantenerse informados y regular el uso de esta tecnología en los hijos.
Mayores niveles de obesidad, trastornos del lenguaje y dificultad en la comunicación serían solo algunos de los problemas que podría causar el uso excesivo de pantallas en los niños y adolescentes según explicó la psicóloga infanto juvenil y académica de la Universidad de Talca, Rosario Spencer Contreras.
“No hay estudios que yo haya leído que evidencien un impacto positivo del uso de dispositivos móviles en la infancia. Sino todo lo contrario, el impacto en general tiende a ser negativo, ya sea porque afecta la regulación emocional, el desarrollo del lenguaje y la comunicación, el desarrollo físico en los problemas de la alimentación, de obesidad, etcétera”, declaró.
Según manifestó la especialista, por la posibilidad de enfrentarse a material perturbador, el uso de redes sociales debiera estar limitado hasta una edad donde los jóvenes ya tienen mayor criterio. “Para algunos investigadores y profesionales se deben usar desde la adolescencia intermedia, que es más o menos a los 16, donde ya tenemos una persona con un criterio, podríamos decir distinto de lo que es un adolescente de 12 años”.
De acuerdo a la especialista, existen diversos tipos de dispositivos que se pueden clasificar en pasivos o activos de acuerdo al nivel de interacción que deban tener los usuarios. En ese sentido, los efectos que tendría la televisión, por ejemplo, serían muy diferentes a las consolas de videojuegos, manifestó. “En este ambiente digital o virtual, en sí, el impacto va a tener que ver también con el tipo de dispositivo del cual estamos hablando”.
Respecto a los tiempos de exposición a los dispositivos electrónicos, Spencer estableció que “en niños pequeños (0 a 2 años) la idea es que no haya acceso a pantalla. En niños preescolares, desde los 2 a los 5, limitar a no más de 2 horas su uso y privilegiando un medio pasivo, como la televisión, Y desde ahí en adelante, uno también tendría que pensar que no deberíamos dejar que un niño estuviera más de 2 horas sumando todas las pantallas a las que puede tener acceso”, detalló.
Responsabilidad parental
Spencer hizo hincapié en la importancia del rol de los padres o cuidadores frente a esta nueva realidad en que viven los menores de edad y donde están expuestos a diversos peligros que presentan las pantallas. Según estableció, “nos tenemos que informar, tenemos que saber los riesgos y los potenciales beneficios que pueden tener este tipo de tecnología para los niños, para poder efectivamente orientarlos. O sea, tendríamos que ir un paso más adelante”.
Además, aseguró que el cuidado frente a los dispositivos debe ser incorporado como una responsabilidad más del rol parental. “Así como nos preocupamos de la alimentación, de que duerman bien, de que tengan amigos, de que sean felices, también tenemos que preocuparnos entonces de la interacción que tienen con distintos dispositivos”.
Por último, instó a los padres a mantener conversar con sus hijos respecto al tema y a modelar un adecuado comportamiento en relación a las pantallas. “¿Cómo le voy a pedir a mi hijo que se regule si yo misma no soy capaz de hacerlo? O sea, entonces tratar de dar ese ejemplo porque los niños nos observan y obviamente va a ser más fácil que sigan nuestras indicaciones si ven que nosotros también lo hacemos”.