La periodista y alumni destacada de la Escuela de Periodismo UDP participó de una conversación con el director de la escuela, Gazi Jalil, y estudiantes, donde abordó su desvinculación del canal de televisión y los días posteriores a ese hecho altamente mediatizado, en los que incluso se quedó sin acceso a su Whatsapp por intentos de terceros de ingresar.
“A mí el despido no es algo que me quite el sueño, a mí me quita el sueño sentir que quizás hemos estado el último tiempo peleando entre periodistas y hemos perdido tal vez el darnos cuenta de lo relevante que somos en la sociedad”. Este mensaje quiso transmitir Paulina de Allende-Salazar en una conversación a la que asistió en la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales, a semanas de su despido de Mega, tras haberse referido erróneamente como “paco” al cabo Palma durante la cobertura de su muerte.
La periodista y alumni destacada de la casa de estudios conversó con el director de la Escuela de Periodismo UDP, Gazi Jalil, sobre los detalles de esos momentos, la forma en que se concretó su desvinculación y los días posteriores a esos hechos. De Allende-Salazar aseguró que tras el error, que corrigió a los pocos segundos de darse cuenta, desde el canal le hicieron notar su equivocación y le pidieron que no lo vuelva a hacer. “Yo digo ‘obvio, nadie quiere cometer semejante idiotez’”, relató.
Luego de continuar con su relato y llegar a la comisaría donde se realizó el punto de prensa, le dijeron que volviera al canal, que están listos y en esos momentos ocurrió que el general Álex Chaván expresó que no harían declaraciones hasta que ella se retirara del lugar, lo que hizo que los periodistas presentes se acercaran a ella en busca de una declaración de su parte. Ella accedió: “tenía la opción de salir corriendo como delincuente, cosa que no soy, irme callada todo el trayecto hasta el auto o contestar. Y contesté lo que me surgió desde mi realidad, mi realidad fue: no soy yo la noticia, porque nunca soy yo la noticia, bajemos esto”, contó.
Ya en el auto de regreso al canal, vio que uno de los periodistas de su programa lee un comunicado y cuando estaba entrando a Mega pudo leer su contenido. “Se hablaba de términos y conceptos que yo había emitido… Yo había dicho una palabra y me había corregido rápidamente, no estructuré un algo para dañar a nadie, nada más lejano de mi intención, y no se hacía ningún punto respecto de que un medio de comunicación, cuando se ha cometido un error, tiene distintas maneras de subsanarlo. Tienes derecho a rectificación al otro día, o cuando se considere pertinente. Y nuestra Constitución también establece que existe un derecho fundamental, que es el derecho a informar, que no puede existir censura previa. Pero ese comunicado, que es de un medio de comunicación relevante, no la consignaba; tampoco el error reparado inmediatamente. Entonces yo me sentí claramente que estaba sola, el medio en el que yo trabajaba no estaba dando la totalidad de la información y no había escuchado mi versión”, comentó.
Tras el comunicado, vinieron reuniones y finalmente el despido. De esta experiencia, la periodista reflexiona sobre la necesidad de que la prensa se valore a sí misma en su rol. “Si yo vengo ahora a la universidad es porque nuestro trabajo no es banal, nuestro trabajo es fundamental, y que un medio tan importante no lo haya visto en ese minuto, que nosotros mismos en la inmediatez no lo hayamos defendido como se merece, que el general no haya entendido que su rol es garantizar como institución nuestros derechos fundamentales, es que estamos un poco perdidos en los roles de las instituciones. Hoy tenemos un crimen organizado funcionando de manera abismante, hay corrupción —si no, no habría crimen organizado—, y necesitamos una prensa que se precie de lo que es, que se sienta orgullosa. Creo que el país lo necesita mucho y creo que no puede ser que la sociedad tenga la concepción de que la prensa no es útil”, reflexionó.
De Allende-Salazar afirmó que recibió el apoyo de sus compañeros y compañeras y que no puede emitir juicio respecto de la lectura del comunicado. Aunque respecto de la posición del canal es tajante: “lo relevante está en que la consecuencia del error que efectivamente cometí fue tremendamente más grave que el error mismo”.
“Ando como narcotraficante”
Sobre los días posteriores a su despido de Mega, la ganadora del Premio Lenka Franulic 2019 de periodismo de excelencia, reveló que luego de recibir muchos mensajes de apoyo por Whatsapp, provenientes de un amplio abanico de personas del mundo de la política y otras esferas, dos señoras le enviaron una foto para mostrarle que su teléfono había sido publicado en la web.
“Después de eso, los mensajes, que en general habían sido de cierta coherencia, de cierto respeto, deben haber venido unos 15 con cero respeto, más bien burdos, muy vulgares. No era como que alguien me estuviera emplazando desde la razón, sino que eran muy vulgares. Pasa un poco de tiempo en esa línea y en algún minuto vuelvo a ver mi Whatsapp y aparece que se ha intentado mucho entrar y no puedo ingresar las claves. Pregunté al día siguiente si a alguien lo habían tratado de estafar, pedirle plata, pero a nadie nada”, relató.
“Lo concreto es que me quede sin mi red de apoyo cercana, no pude generar equipos de reflexión o qué vamos a hacer o quien me ayuda, nada. Y como no pidieron plata, se generaron ciertas suspicacias, entonces ese teléfono no se ocupó más. así que ahora ando como narcotraficante, con dos teléfonos”, dijo.