El rezago que la pandemia ha dejado en los niños en edad preescolar es grave. Según los resultados del reciente informe de Fundación Familias Power, “Estudio Efectos de la Pandemia en la Primera Infancia”, Chile evidencia importantes déficits en cuanto a habilidades sociales y emocionales.
Esto se traduce en niños menores de 4 años que no pronuncian más de 10 palabras de forma clara y comprensiva, que no conocen las tijeras o no saben tomarlas, que tampoco han tenido acceso a témperas ni mucho menos saben cómo agarrar un pincel. Otro tanto ocurre con la distinción de los colores o las figuras geométricas. Esto se explica mayoritariamente por la pandemia, debido a la ausencia de jardines infantiles y colegios los años 2020 y 2021,
Ante esta realidad, en Fundación Familias Power implementó junto a Belén Educa y el colegio Arzobispo Manuel Vicuña de La Legua, en la comuna de San Joaquín, un inédito programa de nivelación escolar en el que hubo también un foco especial en comprometer a los padres con la educación de sus hijos y hacerlos participar activamente de la comunidad educativa.
El programa se efectuó durante el segundo semestre de 2022, finalizando en diciembre y comprendió 16 semanas consecutivas de reforzamiento educativo, de la mano del colegio y de los padres, para 40 niños de kínder (de 5 a 6 años).
En este periodo, se enseñaron y modelaron herramientas de parentalidad y desarrollo integral de los niños mediante el juego o la lectura. También hubo una fina coordinación con el establecimiento educativo para que ningún alumno se quedase atrás en el proceso educativo. Junto con ello se hizo comunidad entre las familias y el colegio y empoderar a las mujeres madres como líderes en sus entornos para que ellas sean referentes positivos de la promoción y protección de la infancia, mujer y familia.
“La evidencia dice que los niños están atrasados en el desarrollo del lenguaje, de la motricidad y de las habilidades sociales y emocionales. Con este programa buscamos que ese rezago disminuya poniendo un fuerte esfuerzo en el compromiso familiar. Este programa es una alternativa para que los niños, acompañados de sus padres, desarrollen al máximo sus talentos”, explica Anne Traub, directora de la Fundación.
Medición
Junto con ello se realizó una medición y evaluación del programa en las que se estudiaron la evolución diversos factores, entre ellos el nivel de compromiso de los padres con la enseñanza de sus hijos y también la evolución de los aprendizajes en los niños.
En el primer caso y que técnicamente se conoce como área vincular, se trata uno de los aspectos más relevantes y en el que hubo un aumento de casi el 100% (de 40% a 78%).
“Esto es impresionante para 16 semanas de programa y es una buena noticia. Este aspecto es clave debido a que mide la capacidad de autorregular a los niños y se relaciona con el tipo de apego que se generará, por lo que, mientras más cuidadores estén en la zona óptima en la zona vincular, quiere decir que los niños tienen mayores posibilidades de recibir una crianza respetuosa que promueva un desarrollo óptimo en sus vidas”, dice Anne Traub.
Otro tanto fue el aumento registrado en los objetivos de aprendizaje que se logró consolidar, pasando de un promedio del 38% a un 70%. “Esto implica que los niños y niñas ahora pueden asociar palabras que comienzan con el mismo sonido inicial consonántico (m, l, s, p, d); nombrar palabras que se forman luego de escuchar sus fonemas; leer todas las vocales en formato mayúscula y minúscula imprenta, escribir su nombre y apellido sin modelo; entre otras cosas”, explicó Traub.
Por su parte, la directora del área de Relaciones Institucionales y Continuidad de Estudios de Fundación Belén Educa, Carmen Cisternas, valoró el trabajo conjunto realizado: “Las alianzas y colaboración producen un impacto real en los estudiantes. Aquí se hizo un trabajo de mejora significativa en vinculación parental positiva con sus hijos y es emocionante ver el compromiso de los padres, la mejora de la asistencia, de la relación entre padres e hijos y de la habilidades lingüísticas de los estudiantes”, resumió.
La Fundación Familias Power fue fundada el año 2016 y durante 2022 llegó a 10 regiones, 78 comunas, con más de 1.800 niños beneficiados. Para este 2023, FFP espera llegar con sus programas de aprendizaje temprano a cerca de tres mil familias a lo largo de todo Chile.