Punta Arenas, 11 de febrero de 2022.- Este fin de semana se conmemora el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia, una efeméride instaurada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para reconocer el papel clave que cumplen las mujeres en la comunidad científica y tecnológica. Además de ser una fecha para reflexionar sobre la equidad, diversidad, inclusión y apertura de la ciencia para todas las personas y, por supuesto, para las mujeres.
Las estadísticas a nivel mundial y dadas a conocer en el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), no son muy alentadoras: solo una de cada tres investigadores es mujer y en educación superior las mujeres solo representan poco más del 35 % de los graduados en campos relacionados a la ciencia, tecnología e innovación. Realidad que se ajusta a lo que ocurre en Chile, donde alrededor de un tercio de los profesionales que se dedican a la investigación son mujeres.
De acuerdo a cifras del Instituto Antártico Chileno (INACH), entre el 45 y el 49 % de los proyectos del Programa Nacional de Ciencia Antártica de los últimos años son liderados por mujeres donde, además, se observa que existen más mujeres en las etapas tempranas de sus carreras, es decir, estudiantes de posgrado, posdoctorado o en proyectos de iniciación, pero desciende considerablemente en etapas posteriores, como es en el caso del Concurso Nacional de Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (Concurso Regular) que ronda entre un 33 al 36 %, estadística que se corresponde con las tasas de participación femenina en ciencia a nivel país.
También se han encontrado diferencias en cómo los investigadores e investigadoras conforman sus equipos de trabajo. En los proyectos que son liderados por hombres se incluyen a menos mujeres en sus equipos de trabajo (una mujer por cada tres hombres). En cambio, las mujeres forman equipos más paritarios y se encuentran en una proporción de 1 es a 1.
Para Geraldine Asencio Subiabre, profesional de la Unidad de Concursos y Medio Ambiente y representante de Equidad de Género y no Discriminación del INACH, es importante que se motive y se siga alentando a las jóvenes a seguir carreras del área de las ciencias, particularmente de la ciencia antártica: “Es posible que muchas veces escuchemos que las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, no son carreras orientadas a las mujeres y es verdad que muchas veces hemos alentado a las niñas a seguir otro tipo de carreras del área más de cuidado, como la educación, la salud, entre otras, pero esto no necesariamente es verdad y de hecho en nuestra Expedición Científica Antártica, ahora en ejecución, están participando más de 150 personas en los equipos de investigación y el 48 % de ellas son mujeres, incluso 16 mujeres están liderando equipos de investigación en terreno en la presente expedición”, expresó.
De esta forma, se sigue avanzando fuertemente en una igualdad de género. Hay que recordar que las primeras científicas chilenas en Antártica comenzaron a ir a mediados del siglo XX. Dentro de las primeras mujeres que realizaron trabajos científicos se encuentran Wanda Quilhot Palma (liquenóloga) y Nelly Lafuente (reproducción de pingüinos) en base O’Higgins. Otras pioneras antárticas fueron María Eliana Ramírez (botánica marina), Teresa Torres (paleobióloga) y Margarita Préndez (estudios de aerosoles).
“Costó mucho insertar a las mujeres en Antártica bajo el pretexto de que las plataformas no estaban preparadas para recibir mujeres y desde ahí las mujeres tuvieron que ganarse su espacio. Son verdaderas pioneras que derribaron el mito de que las plataformas no estaban disponibles para ellas. Ellas se adaptaron a esas condiciones y marcaron el camino para que fuera cada vez más común recibir mujeres en el Continente”, expresó Geraldine Asencio.
En esta fecha también es importante relevar el aporte de aquellas mujeres que sin ser científicas también prestan apoyo logístico como técnicas de laboratorio, tripulantes de nave menor, buzos, electricistas, carpinteras o ayudantes de cocina y aquellas que cumplen roles en las áreas de administración y finanzas. “Todas ellas contribuyen a que quienes van a hacer ciencia puedan cumplir sus objetivos”, declara la profesional de INACH.
“Todas pueden dedicarse a la ciencia”
La Feria Antártica Escolar, organizada por el INACH, es un concurso que despierta la vocación científica y tecnológica en estudiantes de todo Chile y que en los últimos años ha registrado más postulaciones femeninas. Solo en el 2022, se registró un total de 1.033 personas que participaron en las actividades, de las cuales 582 correspondían al sexo femenino. Y al observar los datos de la postulación, se inscribieron 190 estudiantes de educación media, de las cuales 125 postulantes eran de sexo femenino, cifras que demuestran un claro interés de las jóvenes en participar de este certamen.
Otro dato importante es que en la versión número 19, las estudiantes ganadoras solo fueron mujeres de las ciudades de Arica, Talagante, Linares, Parral, Constitución y Futaleufú.
Lo fundamental es que las estudiantes y futuras científicas sepan que pueden desempeñarse en carreras científicas y desarrollar sus talentos. Tal como menciona al cierre, Geraldine Asencio: “Lo que estamos haciendo ahora es desmitificar que las carreras de ciencia antártica son masculinas: uno puede seguir una carrera de ciencia antártica independiente de su género y lo que importa son las inquietudes que uno tenga como persona y desarrollar los talentos que tengamos. La Antártica está abierta para recibir a todas las niñas que quieran dedicarse a la ciencia, a la investigación y a la tecnología”.
El INACH es un organismo técnico del Ministerio de Relaciones Exteriores con plena autonomía en todo lo relacionado con asuntos antárticos de carácter científico, tecnológico y de difusión. El INACH cumple con la Política Antártica Nacional incentivando el desarrollo de la investigación de excelencia, participando efectivamente en el Sistema del Tratado Antártico y foros relacionados, fortaleciendo a Magallanes como puerta de entrada al Continente Blanco y realizando acciones de divulgación del conocimiento antártico en la ciudadanía.