Expertas en psicología educacional advierten efectos negativos del uso excesivo de pantallas en niños y entregan 7 recomendaciones

24 enero, 2023

El aumento del uso de pantallas durante la pandemia de Covid-19 por parte de niños y niñas es un fenómeno presente a nivel mundial y ha preocupado a organismos internacionales como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Esto, considerando que las restricciones que adoptaron los países para evitar los contagios incluyeron el cierre de salas cunas, jardines infantiles, escuelas y parques, lo que implicó un aumento en el uso de aparatos. 

Este aumento también ha quedado evidenciado en Chile, siendo un fenómeno que preocupa ya que la exposición a pantallas en niños y niñas pequeños está asociado a efectos que impactan en dimensiones tales como salud física, visión, calidad del sueño, desarrollo infantil, atención y lenguaje.

Este aumento quedó reflejado en el estudio longitudinal “Mil primeros días” del Centro de Justicia Educacional (CJE) de la Universidad Católica, el que muestra que en 2019 un 38% de los niños no utilizaban pantallas. Sin embargo, en el 2020 y 2021 este número disminuyó a un 3,2% y un 0,4% respectivamente. Por otra parte, en 2019, un 36% utilizaba pantallas entre 1 y 3 horas al día, mientras que en el 2020 y 2021 quienes estaban frente a pantallas ese mismo intervalo de tiempo aumentó a un 42% y un 50%, respectivamente.

Ante este escenario, la Línea de Inclusión para el Desarrollo del CJE elaboró un práctico documento en el que describe algunos de los posibles efectos negativos del excesivo uso de pantallas en niños y niñas menores de cinco años y entrega una serie de orientaciones dirigidas a madres, padres y tutores sobre cómo regular su uso.

Efectos del excesivo uso de pantallas en niños y niñas 

El documento precisa que los efectos negativos del uso de pantallas que se describen no son causados directamente por su utilización, sino que están relacionados con acciones o fenómenos más complejos, como puede ser la falta de control del tiempo o la actitud sedentaria que acompaña su uso.

a. Salud física: actitud sedentaria

De acuerdo con el Mapa Nutricional de JUNAEB, en prekínder y kínder la obesidad alcanzó en el año 2020 un 28,6% y un 29,5% respectivamente. Dichas cifras han ido en aumento, especialmente en las comunas más vulnerables del país. Según la OMS, la baja actividad física está asociada con la obesidad. De esta forma, el uso excesivo de pantallas podría causar problemas en la salud física de niños y niñas, ya que se estaría promoviendo una actitud sedentaria.

b. Visión: riesgo de astigmatismo y miopía.

Un estudio realizado en China en niños y niñas de entre 2 a 7 años se observó que aquellos que han estado expuestos a pantallas presentan mayor riesgo de astigmatismo, el que aumenta en quienes tuvieron sus primeras exposiciones a la antes de los 3 años. Asociaciones similares se encontraron con la miopía , la cual se caracteriza por una excesiva distensión del globo ocular que produce problemas para ver objetos lejanos o visión borrosa.

c. Sueño:calidad y duración

La Organización Panamericana de Salud sostiene que el uso de pantallas se asocia con mayores problemas de sueño o con un dormir más corto. Esto resulta relevante en niños y niñas, ya que el sueño a esta edad es importante para el desarrollo neurológico. Un estudio realizado en Italia a 2.030 niños y niñas de entre 1 y 14 años asoció la televisión en el dormitorio con una peor calidad del sueño.

d. Desarrollo infantil

Un estudio longitudinal iniciado el 2011 y terminado en 2016 midió el desarrollo infantil con el Ages and Stages Questionnaire, Tercera edición (ASQ- 3), el que evalúa el desarrollo a nivel de comunicación, motricidad gruesa y fina, resolución de problemas y a nivel personal social. Este estudio observó que los niños y niñas que estuvieron expuestos a pantallas a los 24 meses de edad y, luego a los 36 meses obtuvieron puntajes más bajos en estas pruebas en comparación a los puntajes estándar del estudio.

e. Atención

Según un estudio realizado en 2.322 preescolares, el aumento de uso de pantallas se asoció con dificultades en la atención, las cuales podrían tener consecuencias en las habilidades sociales y conductuales. La atención, en términos sencillos, es un proceso cognitivo que implica la selección de algún objeto, concepto, palabra, etc., que está presente en el contexto sobre el cual recae nuestra atención para percibirlo.

f. Lenguaje

Un metaanálisis realizado en 2020 que buscó relacionar la cantidad, calidad y la edad de inicio del uso de pantallas con las habilidades lingüísticas de niños y niñas encontró que existe una asociación entre una mayor cantidad de horas de uso de pantallas de televisión o dispositivos como tablets con menores habilidades lingüísticas. Junto con esto se observó que una programación de mayor calidad (como programas educativos) y el acompañamiento del cuidador principal u otra persona a cargo se asoció con mejores y más habilidades lingüísticas. Finalmente, mientras más tardía fue la edad de inicio a la exposición y uso de pantallas los resultados arrojaron mejores habilidades lingüísticas. 

Siete orientaciones para el uso de pantallas 

Pamela Soto, investigadora del Centro de Justicia Educacional, indicó que “dentro de los hallazgos que hemos encontrado usando los datos obtenidos por el estudio Mil Primeros Días, es que luego de tres horas diarias de exposición a pantallas se ha reportado una disminución en los resultados cognitivos de los niños y un aumento de problemas socioemocionales”. Ante esto, aclaró que más que condenar el uso de las pantallas en niñas y niños pequeños, es importante seguir las recomendaciones para monitorear su uso.

1. Supervisión constante por parte de los cuidadores principales del tiempo que pasan los niños y niñas frente a las pantallas y del contenido que están consumiendo. Niños y niñas se pueden ver expuestos a contenidos que no son apropiados para su edad. También es relevante para que los adultos puedan explicar y conversar con los niños y niñas sobre los contenidos vistos. 

2. Entendiendo el contexto actual, no se recomienda la prohibición del uso de pantallas en su totalidad, pero sí utilizarlas bajo ciertas condiciones, como la búsqueda de una programación de calidad. La página del CNTV Infantil proporciona una serie de dibujos animados, videos educativos o juegos enfocados en niños y niñas de manera gratuita. Además se recomienda la visualización conjunta y con interacciones entre niños y cuidadoras/es. 

3. Retrasar el inicio del uso de pantallas lo que más se pueda: menores de un año no deberían exponerse a pantallas.

4. Establecimiento de horarios y rutinas: En niños y niñas de 3 a 4 años el uso pasivo de pantallas debería limitarse a no más de una hora al día. Además, para evitar el sedentarismo deberían tener al menos 180 minutos de actividad física. 

5. Resguardar las horas de sueño: Se debe evitar utilizar pantallas justo antes de dormir. Asimismo, es recomendable evitar tener pantallas en el dormitorio. Por otro lado, niños y niñas de entre 3 y 4 años deberían dormir de 10 a 13 horas al día (puede incluir siestas).

6. Evitar uso de pantallas en horario de comidas. Este tiempo podría ser destinado a las relaciones familiares, es decir, es un buen horario para que los integrantes de la familia conversen sin que los aparatos tecnológicos interfieran en estas interacciones.

7. Evitar el uso de pantallas con el objetivo de entretener o calmar a los niños y niñas. Se recomienda, dentro de lo posible, calmar o entretener a los niños y niñas en contextos reales -no virtuales- y naturales, puesto que ayudará al desarrollo de la autorregulación bajo la comprensión de que el aburrimiento es un estado natural. A su vez, les permitirá explorar por ellos mismos distintas formas con las que pueden divertirse. Algunas sugerencias son saltar la cuerda, construcción de legos, títeres, búsqueda del tesoro, rompecabezas, colorear, juegos con balón y dar paseos entretenidos (contando chistes, adivinanzas, rimas), entre otros.

La tarea de regular el uso de pantallas en ocasiones no es nada fácil, pero cada esfuerzo que hacen las familias y cuidadores en regular su uso, poner horarios y acompañar a los niños y niñas en su proceso de aprendizaje sobre cómo utilizar las pantallas, será sin duda una gran ayuda para su desarrollo. 

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